Está Prohibido Acosar A La Heroína De La Novela [GL]

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Capítulo 60

Más tarde, cuando Jiang Yao levantó la vista, se dio cuenta de que no era sólo el cuello de la chica lo que estaba rojo. También tenía los ojos enrojecidos, mirándola con lástima.

Le dolía tanto el corazón que se apresuró a ahuecar la cara de Mu Yun, preguntándole repetidamente: "¿Qué pasa, qué pasa? No llores, ¿vale? ¿No quieres casarte conmigo? Me casaré contigo, me casaré contigo, ¿vale? Por favor, no llores, me rompe el corazón".

Jiang Yao sintió un dolor agudo en su corazón. No podía soportar ver llorar a Mu Yun.

Song Mu Yun moqueó, con la nariz roja, y resopló: "Tú, obviamente te gusto, y sin embargo seguías intentando que me casara con otra".

Se sentía tan agraviada, que se le caían las lágrimas sólo de pensarlo. Todo era obra de Jiang Yao, y ella no podía refutarlo, sólo engatusarla: "Todo es culpa mía. Pensé que no te gustaría. No me atreveré de nuevo, por favor perdóname, ¿vale?"

Song Mu Yun no podía dejar de llorar, sollozando en silencio. Jiang Yao la estrechó entre sus brazos, con la cara apretada contra la suya mojada por las lágrimas, sintiendo frío mientras la arrullaba. Esta postura íntima tardó un rato en calmarla finalmente. Retorciendo nerviosamente los dedos, Jiang Yao exhaló un suspiro de alivio y alargó la mano para limpiarle la humedad de las pestañas. "No esperaba que fueras tan llorona cuando te conocí".

Probablemente porque se habían confesado su amor, Song Mu Yun se volvió aún más temperamental que antes. Al oír esto, miró con odio a Jiang Yao: "Lloro porque me intimidas. Si no fuera por ti, no lloraría".

Se negó a admitir su tendencia a llorar con facilidad, insistiendo en que fue Jiang Yao quien la acosó primero.

Jiang Yao le acarició suavemente la espalda, aceptando en silencio la culpa.

"Es culpa mía, te pido disculpas. No te intimidaré más, ¿vale?".

Al oír sus disculpas, Song Mu Yun sintió una punzada de culpabilidad en el corazón. A menudo actuaba de forma poco razonable, pero Jiang Yao siempre la consentía, y ahora también lo hacía.

Jiang Yao era tan buena con ella, que no podía encontrar a nadie mejor que Jiang Yao.

Song Mu Yun rodeó lentamente el cuello de Jiang Yao con sus brazos, diciendo suave y coquetamente: "Así me gusta más. Tienes que llevarme de vuelta".

Se acurrucó contra el rostro de Jiang Yao, con voz suave.

Hacía tiempo que deseaba esto, ser llevada en brazos por Jiang Yao, alardeando por las calles.

"Jiang Yao..."

Llamó suavemente, y cuando Jiang Yao la levantó, bajó la mirada y preguntó: "¿Qué te pasa? ¿Estás tan contenta de estar conmigo?".

Estaba muy contenta y no pudo reprimir la sonrisa que se le dibujó en los labios.

Song Mu Yun la fulminó con la mirada, con la cara roja, y la abrazó sin decir palabra.

No encontraron a nadie por el camino, y Jiang Yao la llevó todo el camino de vuelta al patio, colocándola cuidadosamente en el mullido sofá.

La muchacha llevaba muchas capas, y le costó bastante esfuerzo cargarla.

"Esta tarde, te llevaré a comprar pasteles y caramelos de azúcar, y te recompensaré con una figura de azúcar".

"De acuerdo, bien".

Song Mu Yun se sentó en el sofá, comportándose adorablemente.

Jiang Yao la miró y sintió la comezón de burlarse de ella.