Está Prohibido Acosar A La Heroína De La Novela [GL]

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Capítulo 52

Murong Qing ya estaba locamente celoso. Al verlos juntos y cómo Song Muyun mostraba una sonrisa aliviada hacia Jiang Yao, no pudo contenerse más y dijo fríamente: "¡Sinvergüenza!".

"Te aconsejo que te calles".

Jiang Yao, sosteniendo a Song Muyun en sus brazos, le dirigió una mirada aguda llena de amenaza, como si estuviera a punto de golpearle en cualquier momento.

Rodeado de guardias y príncipes, Murong Qing pensó, naturalmente, que Jiang Yao no se atrevería a pegarle. Apretando el puño, quiso provocar más, pero su cuerpo tembló involuntariamente. Abrió la boca pero no pudo pronunciar palabra.

Maldita sea, ¿y si Jiang Yao se cuela en secreto en su patio y le pega otra paliza?

¡No tenía pruebas contra ella y no podía hacerle nada a Jiang Yao!

Otro príncipe anciano desconocido habló de repente con una sonrisa, "La señorita Jiang realmente tiene un espíritu libre, sin miedo al poder".

Sus ojos se arrugaron de risa.

Jiang Yao tardó un rato en recordar quién era. ¿No es el segundo príncipe?

"Pequeño Ocho me dijo que hoy le debe la vida a la señorita Jiang. Le agradezco a la señorita Jiang por eso".

"Fue sólo una ayuda, el segundo príncipe es demasiado educado."

"¿La señorita Jiang es cercana al octavo príncipe?"

Otro príncipe habló de repente. Jiang Yao no lo reconoció. Sosteniendo a la persona en sus brazos, la miró, que estaba tranquila y callada, luego levantó la vista, tratando de ser cortés, "El octavo príncipe visita a menudo a la familia Jiang, así que somos algo familiares."

"¿Es así? ¿Viene el octavo príncipe a tu casa a dar clases de tiro con arco? He oído hablar de tus habilidades. ¿Me enseñarías a mí también alguna vez?"

El quinto príncipe originalmente quería fingir que no le interesaba el poder y la fama, pero al ver lo rápido que sus hermanos se relacionaban con los demás, ¡no podía seguir fingiendo!

Si seguía fingiendo, perdería su oportunidad al trono.

Pensó que Jiang Yao estaría de acuerdo. Aunque el séptimo príncipe le resultaba indiferente, era porque el séptimo príncipe competía con ella por una mujer. Él no competía con ella. Como príncipe que muestra buena voluntad, cualquiera estaría de acuerdo.

El quinto príncipe pensó con confianza.

Sin embargo, Jiang Yao, sosteniendo a la blanda muchacha en sus brazos, se negó de inmediato: "Tengo espejos que moler; no tengo tiempo. Deberías buscar a otro que te enseñe".

El príncipe que habló se quedó atónito, al igual que Song Muyun. Sus hermosos ojos de fénix miraron a Jiang Yao como un conejo asustado, sólo se atrevió a echar dos miradas antes de bajar tímidamente la cabeza y enterrarla en el abrazo de Jiang Yao.

A continuación, Jiang Yao acarició con dulzura las orejas de la conejita.

Otros: ...

Ni siquiera intentó ocultarlo.

La gente de la capital creía ahora firmemente en la pasión de Jiang Yao por el afilado de espejos. Ella simplemente aceptó este título.

En la nación de Da Jin, las costumbres eran bastante abiertas. ¿Qué tiene de malo afilar espejos? A muchas mujeres les encantaba amolar espejos.

Era mejor decirlo ella misma que dejar que otros se burlaran de ella. Tenía demasiado tiempo libre.

pensó Jiang Yao.