Está Prohibido Acosar A La Heroína De La Novela [GL]

Capítulo 44 (de aquí en adelante, traducción sin corrección)

(AVISO: ESTA NOVELA ESTÁ TRADUCIDA POR UN TRADUCTOR, CUANDO TENGA CORRECCIÓN, SE SACARÁ ESTE MENSAJE. SI LEEN, DEBEN ENTENDER QUE HABRÁ POSIBLES ERRORES)

Capítulo 44

"Oye, ¿en qué estás pensando? ¿Has oído lo que acabo de decir?"

Jiang Yao lo miró furiosamente. "Maldita sea, ¿qué clase de persona es esta? Está soñando despierto mientras se supone que estamos haciendo un trabajo serio. ¿Por qué la Prefectura Jingzhao envió a alguien así? ¿Realmente se puede confiar en él?"

El nombre del hombre era Ji Qingyan, el segundo hijo legítimo del Marqués de Yongcheng. Parecía que acababa de ocurrir el incidente de la paliza a su hermano mayor y ahora, intimidado por la fiereza de Jiang Yao, dijo rápidamente: "Lo he oído, lo he oído. Entiendo lo que has dicho, pero ¿puedo investigar un poco más para confirmarlo?".

Fuera, ya se había reunido una multitud para contemplar el alboroto. La señora apareció en el porche y Jiang Yao, impaciente, se hizo a un lado. "Está bien, está bien, ve y mira. Puede que su padre siga siendo un criminal ahora, pero ¿quién sabe mañana? Asegúrate de investigar a fondo, ¡quiero ver a la persona hoy mismo!".

Ji Qingyan: ...

Sentía que la señorita Jiang le estaba poniendo las cosas difíciles. Ya estaba oscureciendo y su turno estaba a punto de terminar. ¿Cómo iba a dejarla ver a la persona hoy?

Si no encontraba a la persona, ¿le pegaría la señorita Jiang?

Ji Qingyan, cuyo hermano había sido golpeado, estaba muy preocupado.

Cuando la señora se acercó, su expresión era de asombro. Sus cejas en forma de sauce saltaron de incredulidad. "¿No son las luchas en la oficialidad todo tácticas psicológicas? ¿Quién informa directamente a los funcionarios?"

¡Jiang Yao había informado a los funcionarios, lo que perturbaría su negocio!

"Este, este señor, ¿qué está haciendo?"

Ji Qingyan respondió cortésmente: "Alguien informó de un caso de una mujer que desapareció misteriosamente en el Pabellón de la Luna, y estoy aquí para investigar."

La señora: ...

"Esto, esto, ¿realmente necesita ser investigado...?"

Parecía algo avergonzada.

Las desapariciones de mujeres y hombres en el Pabellón de la Luna no eran infrecuentes. El príncipe heredero, el jefe entre bastidores del Pabellón de la Luna, que era lujurioso e indiscriminado en sus gustos, de vez en cuando se llevaba a hombres y mujeres que le gustaban, y esas personas nunca regresaban. Sin embargo, nunca llamaron la atención de los funcionarios de la Prefectura de Jingzhao.

Ji Qingyan dijo seriamente: "Si alguien lo ha denunciado, naturalmente debemos investigar. La gente no desaparece en el aire".

"Entonces, ¿cuánto tiempo van a investigar?".

Ji Qingyan: "Hasta que encontremos a la persona".

La señora: ...

Ella no quería hablar más.

"¡Pero con ustedes trayendo oficiales aquí, cómo puedo continuar con mi negocio!"

"Lo siento, intentaremos no molestarle".

Jiang Yao, molesta por su charla sin sentido, miró a la señora. "Deje de quejarse. Si no se encuentra a la persona, destrozaré su tienda, ¡y nadie lo pasará bien!".

La señora sólo se atrevía a meterse con los que parecían amables y educados, sin atreverse a provocar a Jiang Yao. En cuanto Jiang Yao habló, cerró la boca. Después de observar durante un rato y ver que no podía impedir nada, sólo pudo marcharse con el corazón encogido.