Aura la
Me encuentro dentro de su impresionante armario, rodeada de lujo y elegancia. Este espacioso recinto alberga una colección extensa de prendas de las marcas más exclusivas que solo un hombre de su nivel adquisitivo podía darse.
Me asombra la variedad de relojes costosos ocupa una sección, cada uno una obra maestra de precisión y diseño. Además, una vasta colección de zapatos elegantes se extiende por los estantes.
El seductor aroma de su perfume masculino esta sellado en el aire de la habitación, creando una atmósfera envolvente. Cada rincón parece estar impregnado con la distintiva fragancia, una mezcla cautivadora que deja una estela de elegancia y sofisticación. Este detalle hace que el espacio refleje no solo su estilo, sino también su identidad distintiva.
Mis dedos temblorosos buscaban algún dispositivo que me pudiera ayudar a tener contacto con Tyler. La necesidad de ser rescatada vibraba en mi voz, esperando que su respuesta rompiera las cadenas.
—¿Qué estás haciendo?
Su voz resonó pesadamente en toda la habitación mientras se recostaba en el marco de la puerta. Vestía un traje de oficina azul pavo, y su corbata color rojo quemado destacaba.
Mis manos soltaron lo que esta revolviendo y lo vi a él cruzar los brazos.
Había compartido mi desnudez con él en incontables ocasiones, sin sentir inhibición. Sin embargo, todo cambió cuando decidió tocarme a la fuerza. La camisa suya solo cubría mis piernas, recordando la vulnerabilidad que me hacía sentir.
—Necesito un tapón o una toalla sanitaria —Intente no temblar—me llegó Andres.
Traté de mantener mi cuerpo relajado cuando se acercó, sus manos tocaron mi cadera, y se inclinó para darme un beso. Sentí un cosquilleo por todo el cuerpo y seguí el ritmo de sus labios, dejándome llevar por la dulce sensación del momento.
Pero solo era un gesto falso.
Nuestros labios se separaron por la falta de aire, y me quedé mirándolo, con el corazón latiendo fuertemente, como si el mundo se hubiera detenido por un instante.
Relami mis labios.
—¿Puedo tener toallas o tampones?
Se sentía asqueroso tener que pedir permiso para algo tan básico como era esto. Es algo que no necesito pedir, pero cuando estás secuestrada todo lo tienes que hacer de esta forma.
—Fräulein puedes pedirme lo que quieras —Tomó mi rostro entre sus manos con suavidad, y su pulgar comenzó a acariciar mi pómulo.
Quité sus manos de mi cara y me alejé un paso atrás. Me creaba demasiada humillación pero lo hice, levanté su camisa y le mostré mi cintura para mostrar mi pelvis desnuda.
Tenía las piernas manchadas.
—Quiero ropa interior y toallas.
—No tengo ningún problema con eso-me contestó.
—Solo tienes problemas para darme libertad.
Estaba dispuesta a irme después de decirle cómo me hacía sentir, porque me sentía atrapada, sin libertad.Konrad me tomó del brazo y me hizo retroceder para hablar de frente. Sentí sus dedos clavarse con fuerza en mi piel, causándole dolor.
—Tienes que arruinar todo.
Mi voz sonó en tono ofendido.
—¿Yo arruino todo?—me arrebate de su agarre de mala gana— siempre eres tú el que jode todo entre nosotros, Yo te amo-recalque estas palabras — siempre soñé que fueras solo mío, estar aquí contigo, casarnos, tener hijos sin importar la terrible persona que eres se que eres un asesino y aun así seguía follando contigo porque me gustaba sentirme tuya.
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Cadenas Rotas (capítulos extras)
RomancePara leer los extras de cadenas rotas primero debes leer el libro Cadenas de placer y Cadenas Rotas que se encuentran en booknet