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—Pasaré a ver a Yewon noona, tu
adelantate —Sunoo asintió antes de soltar su brazo y caminar en dirección a la cafetería en tanto él se dirigía a la enfermería, le pediría a su noona algunos supresores más y se aseguraría de mantenerlos en su mochila para que la próxima vez no se vaya a olvidar de tenerlos. Sintiendo sus dedos fríos por el clima, que aunque si bien el sol estaba presente seguía sintiéndose helado, escondió estos en los bolsillos de su uniforme.

Al estar cerca de la puerta de la enfermería aceleró su paso sin embargo luego de dar tres pasos más alguien cruzó el umbral de la puerta del otro lado a máxima velocidad.

Sin poder evitarlo o siquiera decir un cuidado ambas figuras se estrellaron entre sí haciendo que ambos cayeran.

—¡Ah! —se quejaron ambas partes. Jungwon, para su mala suerte, fue el que terminó cayendo de espaldas con el cuerpo del Alfa —si, pudo reconocer su olor— sobre él, sin embargo, y pensando que su cabeza sufriría de algún golpe, esta fue acunada por la mano del Alfa logrando que sirviera como almohada y apaciguara el golpe.

Aturdido y un poco mareado abrió sus ojos mientras parpadeaba lentamente en tanto sus manos soltaban lo que fuera que haya estado agarrando. Entonces se encontró con unos ojos marrones sorprendidos mirándolo entre nervioso y asustado.

—Uh y-yo creo- —el Alfa se sentó sobre sus rodillas casi de forma rápida, y como su mano aún seguía detrás de su cabeza lo levantó con él quedando entonces ambos sentados. El de orbes marrones quitó su mano lejos de su cabeza pero sin embargo él podía sentir otro agarre en otro lugar.

Miró su cintura descubriendo que la otra mano del Alfa se encontraba descansando ahí. El Alfa pareció notar donde estaba mirando y casi al instante quitó su mano de la zona.

—Pe-perdón.

Ladeó la cabeza confundido, lamentablemente aún no lograba comprender del todo lo que había pasado, se encontraba un poco aturdido y mareado, se sentía casi sedado y su nariz cosquilleaba por la esencia que lograba captar, esa escencia que pertenecía al Alfa, lo reconocía.

Por supuesto, estaba en su clase, era el Alfa que olía a madera mojada y café, no podría olvidarlo, le gustaba el café.

—¿Te encuentras bien? Pareces algo perdido —preguntó el chico con- ¿Eso era timidez?, esta vez y mirando hacia arriba con vergüenza se dió cuenta de que el Alfa se había parado y él aún estaba en el piso.

Asintió lentamente antes de tomar la mano que el Alfa le extendió para ayudarlo a levantarse, se sentía muy cálida y suave en contraste a la suya que estaba helada.

¿Pero que le pasaba? ¿Por qué se fijaba en cosas como esas?

—S-supongo q-que-

—¡Hey, Sunghoon! —ambos giraron sus cabezas en dirección a un grupo de tres chicos, frunció el ceño al reconocerlos, eran Kai, Sungho y Riki, los dos primeros parte del equipo de fútbol del colegio, no los conocía mucho solo los rumores que esparcían de ellos.

𝐒𝐎𝐘 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀 𔓕 sungwon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora