Akira abrió los ojos, y lo primero que vio al despertar fue la parte inferior de la litera de arriba. Vio a su lado, y se dio cuenta que Jake aún estaba dormido, y que una de sus piernas aún colgaba de la cama, mientras se cubria la cara con su brazo mostrando su estado de relajación extrema
Se sentó en su cama, tallo sus ojos para poder acostumbrarse a la luz del día y poder levantarse
Se dirigió a la cabina de enlace, donde como era de esperarse, se encontró con Grace poniendo unos platos en la mesa. Sonrió en cuanto se dio cuenta de la presencia de la chica
-Buenos días, bella durmiente- Dijo en tono burlón -Hoy no te levantaste tan temprano, es bueno saber que pudiste dormir mejor- Su sonrisa desapareció en cuanto noto como Akira se sostenía del marco de la puerta para evitar caerse, y como llevaba su mano a su cabeza para sobarla y a la vez acomodar unos mechones de cabello detras de su oreja -Dios mio- Suspiro -Te vez terrible-
-Gracias por las buenas vibras- Se forzó a si misma a darle una sonrisa a Grace. Se esforzó para no tropezar con nada hasta que por fin pudo sentarse frente a su desayuno
Su cabeza palpitaba de forma horrible, como si hubiera alguien ahí dentro que le estaba pegando con un martillo. Sus piernas tambaleaban como si hubiera estado haciando horas de ejercicio sin descanso. Y su cabello, era fácilmente el más afectado. Parecía como si se hubiera peleado con alguien, o si un animal hubiera usado su cabeza como nido y luego se hubiera ido dejando su desastre
-Dios- Grace suspiro sorprendida mientras veía estupefacta el cabello de Akira. Se retiró de la habitación dejando a la menor sola, al menos por unos minutos. Cuando volvió, tenía en sus manos un cepillo para el cabello -Tal vez te duela- Sin más que decir, comenzó a pasar el cepillo por las cascadas doradas que salían de la cabeza de la joven. Ella trataba de no soltar ningún jadeo de dolor al sentir como sus nudos se quedaba atrapados en el cepillo. Pero incluso a pesar del dolor, su rostro aún parecía adormilado -¿Kira, estás segura que dormiste anoche?- De repente, su cabeza sintió un palpitar horriblemente doloroso al recordar ese extraño sueño que tuvo con Tsu'tey. Involuntariamente, paso sus dedos por sus labios al recordar ese beso que ambos se habían dado -Kira, Akira- Ni siquiera escucho las repetidas veces que Grace trato de hablar con ella, estaba hida en otro mundo
-Lo siento- Se disculpo. Se llevó un pedazo de comida a la boca, mientras consideraba si debía decirle algo a Grace sobre lo que su cabeza le planteo la noche anterior. Sentía la necesidad de contarle a alguien, de poder desahogarse y decir cómo se sentía
-Linda, ¿Que te tiene tan perdida?- La forma tan confortante y preocupada en qué Grace se dirigió a ella, la hizo pensar que no había nadie más que pudiera entenderla que ella. Ya conocía a Tsu'tey, si alguien podía comprenderlo o al menos tratar de hacerlo era ella
-Grace...Yo...- Ni siquiera sabía por dónde comenzar, pero para su suerte o desgracia, Grace parecía haberle leído la mente
-Solo dime ¿Tsu'tey tiene algo que ver con esto?- No pudo evitar girar su cabeza al escuchar el nombre del nativo. Asintió débilmente, con su cabeza en alto pero su vista gacha, como si tratara de evitar ver la expresión de decepción de Grace
Se sentía avergonzada de solo considerar posible una relación con un nativo, que ya estaba comprometido. Ya le había quitado el puesto de Tsahik a Neytiri, se sentiría terrible de solo imaginar la idea de quitarle su prometido también
-No es algo que me enorgullezca- Se tapo el rostro con su mano, para evitar que Grace viera como este se coloraba como tómate
-Date la vuelta- Grace no iba a abandonar la tarea de domar el rebelde cabello de la chica, por más sería que fuera la conversación, aún tenía sus prioridades -¿Como te sientes?- Pregunto volviendo a pasar la peinilla por su cabello
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La voluntad de Eywa
FanfictionCuando los hermanos Sully llegan a Pandora con motivos de aprender no fue del agrado de muchos Na'vis. En especial para el poderoso guerrero Tsu'tey, quien aun los veían como intrusos en su preciado hogar Pero esto cambio cuando se dieron cuanta de...