Capítulo 3

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Rompiendo el contacto entre sus cuerpos de forma abrupta y repentina él se puso de pie cuando consideró que el omega estaba listo para recibirlo en su interior.

__Levántate_ ordena en un susurro de su voz ronca una vez estuvo de pie frente al jadeante omega de ojos brillantes.

Una vez más Winter obedeció poniéndose en pie con sus piernas temblando tanto como su cuerpo entero. Las manos grandes lo sostuvieron de los antebrazos evitando así que cayera por la debilidad en sus piernas, rodeándolo en un paso por el reducido espacio que tenían para moverse el reptil volvió a sentarse en el centro del mullido sofá.

Winter abrió su boca logrando a penas retener un jadeo cuando la piel de sus antebrazos dejó de sentir el toque ajeno. Porque sus manos ahora se dedicaban a abrir el cierre de su negro pantalón de vestir dejando frente a los inocentes ojos del omega el enorme miembro que se apoderaría de su interior.

__Ven_ ordena extendiendo una mano al omega que lo miraba con un brillo de miedo en sus hermosos ojos bicolor, mientras que su mano libre palmea suavemente su muslo indicándole al rubio que es allí donde debe sentarse.

__M-Me....me dolerá_ un murmullo tembloroso es lo que sus labios dejan en libertad antes de que la mano grande se extienda más logrando tomar su muñeca.

__Haré algo al respecto_ sus ojos no dejan de admirar la bella forma en que el hermoso cuerpo del omega tiembla y se estremece bajo su toque__Sube_ tirando de la delicada muñeca logra moverlo hasta tenerlo sentado sobre su regazo en la misma posición de antes.

Los brazos de Winter rodearon la nuca del reptil mientras las manos grandes recorrieron su espalda desnuda buscando brindarle calma, algo que realmente él no sabía cómo hacer.

Le acarició y apretó las nalgas llevando sus dedos a la empapada entrada recogiendo su humedad para mojar con ella su miembro y presionarlo contra la caliente entrada. Winter respingó y el reptil jadeó por el delicioso y cálido contacto.

Apretó sus nalgas y movió su cadera hacia arriba logrando que su punta entrara. Y Winter sollozó ante la punzada de dolor que lo consumió, escondió su rostro en el cuello del otro haciéndole notar en su piel la humedad de sus lágrimas.

Otro quejido de dolor y el desconocido no fue capaz de soportarlo, no quería hacerle daño pero no sabía cómo no hacerlo así que recurriendo a lo único que conocía para sustituir el dolor por placer lo sostuvo de la nuca con fuerza obligándolo a salir de su escondite.

Sus ojos brillantes y sus mejillas mojadas fueron lo primero que vio, escaneó su expresión de dolor, sus pestañas brillantes por las gotitas saladas atrapadas allí lo eclipsaron.

Sus colmillos afloraron frente al rostro conmocionado del rubito, largos pero finos como agujas capaces de romper con sutileza la piel y clavarse profundo sin hacer mayor daño que pequeños hematomas alrededor de pequeños puntitos.

Enredando sus dedos con rudeza en el cabello suave tiró de él hasta que sus bocas se encontraron en un beso duro. Winter jadeó contra el hueco de su boca cuando la larga lengua del reptil le invadió la cavidad bucal incitando a la suya a iniciar un beso obsceno que él casi no era capaz de seguir. La larga extremidad colonizó toda su boca disfrutando de su saliva y tomando en su propia boca todo su sabor.

Winter gimió cuando sintió su lubricación escurrir en gotas que alcanzaron el miembro del reptil haciéndolo gruñir en su boca.

Cómo demonios le hacía para tener ese condenado y encantador sabor en cada rincón de su cuerpo? Besarlo era delicioso, pero cuando los dedos inseguros del omega se enredaron con suavidad en su cabello dejando delicadas caricias él supo que era momento de parar.

Euphoria /Omegaverse/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora