cuatro

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Charlie sabía que tenía que calmarse y contener al animal que ferozmente arañaba en su interior, pero, ¿Cómo podía? El aroma dulce de su omega lo llamaba a gritos, estaba a punto de perder el control e ir en a consolar a su omega, pero allí estaba encerrado en su habitación con Sprite como apoyo moral y como un impedimento de irse corriendo en dirección al dulce olor.

—Amigo debes calmarte. —Rió Sprite al notar como el pequeño Alfa apretaba con fuerza el apoyo del mueble donde se encontraba sentado.

Charlie lo miró con molestia y gruño, sentía en su frente una perlada capa de sudor, su lobo aullaba dentro de él gritándole que fuese en busca de su hermoso omega y lo hiciera suyo, pero este lo ignoraba, no podía hacer nada como eso, no iba a tirar todos sus esfuerzos así como así, él era un alfa que iba a ser las cosas correctamente.

—Vamos amigo, su aroma es tan dulce que hasta mi lobo quie...—

Sprite no fue capaz de terminar la oración cuando Charlie lo sostuvo del cuello de su camisa mostrándole sus colmillos y teniendo una mano en puño mientras gruñía.

Ni se te ocurra. —Gruñó Charlie con su voz comando, tradicionalmente esto significaría que lo estaba retando a un duelo, pero Sprite muy bien sabía que su pequeño amigo solo era un idiota muy celoso.

—Relájate, sabes que no, lo mío son cerezas y crema batida. —Charlie se alejó relajándose un poco para regresar a su asiento. —Aunque... ¿No estás preocupado de que alguien, ya sabes, se encargue de él.

Había estado teniendo una pelea interna con su lobo cuando escucho a su amigo, de inmediato su sangre hirvió y sus músculos se tensaron ante el simple pensamiento de alguien acercándose a su omega, su lobo se rió de él; ¿ahora me escucharas? Pero nuevamente lo volvió a ignorar.

—No es posible. —Declaró mientras la madera de la posadera de sus brazos crujía debajo de estos, —Nadie tiene permitido tocarlo.

Oh si, Sprite sabía muy bien eso, el carismático alfa Charlie había amenazado a cada alfa y beta de la manada con despedazarlo sin piedad si alguien se acercaba a su omega, incluso si lo miraban, Charlie era por mucho el alfa más fuerte y respetado así que por más hermoso que fuera Babe nadie se atrevía a desobedecer al alfa. Aunque la situación actual era completamente diferente, Babe estaba presentando su primer celo, y aunque Charlie sepa de antemano que el P' de quien había estado enamorado desde los cinco años era su pareja destinada, eso no evitaba que otros alfas se acerquen a él y lo marquen a la fuerza.

La madera bajo sus brazos terminó de romperse solo ante el pensamiento.

Sprite negó la cabeza; —Solo basta con respirar para apreciar su aroma y saber lo que, bueno, necesita. —Se removió incomodo tratando de utilizar las palabras correctas para no hacer molestar más al alfa.

Y era verdad, el aire de la villa era denso y se podría apreciar perfectamente el dulce aroma a vainilla y miel que su hermoso omega desprendía, enloqueciendo cada fibra de su cuerpo y haciendo que cada vez sea más difícil mantener su autocontrol para no tomarlo y hacerlo suyo como tanto a soñado desde los doce años.

—Tal vez la madre de Babe no tenga supresores. —Susurró pensando en porque demonios su P' no había tomado nada para controlar su celo. —Mi pobre Babe está sufriendo... —

De solo pensar en su P' retorciéndose de dolor hacía que su corazón sintiera una punzada.

—Tú podrías detener ese sufrimiento. —Exclamó Sprite con obviedad.

Él huele a girasoles. [PoohPavel Adapt.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora