Extra cuatro

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Tharn estaba seguro de tres cosas: Primero, era por mucho el más hermoso de la manada, segundo, P' Phaya es un idiota, y tercera, él iba a ser un alfa.

Incluso si el aroma que desprendía era a camomila y Jazmín él estaba completamente seguro de que sería un alfa y un alfa bastante fuerte, incluso si tenía esos aromas increíblemente fuertes y dulces e incluso si la persona más molesta de toda la villa —P'Phaya— Se burlara diciendo que 'ni en un millón de años sería alfa— sí, porque Phaya era ese parasito que siempre se encargaba de molestarlo, este a diferencia de él todos tenían mucha seguridad en que sería un alfa y a regañadientes y muy dentro de él Tharn también lo admitía y más cuando éste tenía un aroma adictivo a Angelica y Bergamota. Olores muy presentes en un alfa por ser fuertes y espaciados, y algo que él le carecía pero ¡Eso no importaba! El sería un alfa, y no importaba lo que dijera el idiota de Phaya, sus padres, incluso si mejor amigo Talay no le creyera. Tharn tenía una actitud fuerte y tenaz y podía caerse a golpes con el idiota de Phaya y dejarlo muy mal herido, y ni hablar de las veces en que le gritaba a ese idiota y le ganaba en discusiones como el alfa fuerte que era, ¿Y aun así decían que era un omega? Por favor.

Se acomodó su camisa de seda, Tharn amaba la buena costura y le gustaba obligar a los Hemmawich—Más bien a su amigo aprendiz, Jeff— a tejerle las prendas más finas de la villa, ja, nadie podría verse mejor que el alfa que pronto será el más cotizado. La imagen que se reflejaba en el espejo era de pura seguridad y atractivo, sonrió a su reflejo y acomodó su cabello castaño lacio sobre su frente, escuchó unos toques en su ventana y suspiró rodando los ojos, como odiaba que su habitación estuviera en el primer piso.

Observó a Phaya fuera de su ventana con su típica expresión de aburrimiento, su cabello castaño y el increíble estirón que le dio su presentación como alfa que fue hace unos meses, hoy era el cumpleaños de Tharn, el día en que se convertiría en un alfa.

—Vamos Tharn, no tenemos todo el día. —Exclamó con fastidio golpeando el marco de la ventana.

—Perdona si yo sí me preocupo por cómo me veo, a diferencia de tu y esas alimañas a las que llamas amigos. —Sonrió quitando las arrugas de su camisa.

—Si bien tu era quien querías venir con nosotros, ¿Lo recuerdas? Para demostrar que eres un alfa y todo eso. —Phaya olfateo el aire y sus ojos se prendieron en un color gris. —Hmmm hueles muy bien, muy dulce para ser un alfa.

Justo cuando Tharn iba a replicar observó como el gigantón entraba a su habitación y se posicionaba detrás de él hundiendo su nariz en su cuello, Tharn gimió ante el atrevimiento e ignoro violentamente el cosquilleo de su vientre, con un codazo en el abdomen de Phaya alejo al alfa hormonal de él y limpio si camisa.

—Ni se te ocurra intentar algo como eso otra vez, te recuerdo. —Se señaló. —Hoy presentaré como un alfa.

Los ojos de Phaya volvieron a su color natural y este sonrió petulante: —Si, si, como tú digas. Ambos enemigos caminaron hacia la salida principal de la casa del menor, ya que éste se negaba a salir por la ventana como un salvaje.

—¡Ya me voy mamá! —Avisó a gritos el moreno.

—¡Cuídate mucho pequeño querubín! —Canturreó la tierna omega lanzándole un beso a su pequeño hijo y guiñándole un ojo a su acompañante quien se sonrojó y sonrió. —Recuerda venir temprano, hicimos pastel de nueces, ¡Oh! y trae a tu noviecito contigo.

—Ugh mamá, este imbécil nunca sería digno de tener a alguien como yo. —Aclaró inflando el pecho, Phaya rodo los ojos.

—Prefiero ser desterrado a estar contigo. —Respondió el alfa dispuesto a que no le lastimaran el orgullo, Tharn le gruñó y este hizo lo mismo, hasta que la omega quien veía el show atentamente río.

Él huele a girasoles. [PoohPavel Adapt.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora