Moral of the Story | [Itafushi]

VII

[Amor]

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–Y... ¿Ya tuvieron sexo?

Inmediatamente escupí el líquido que estaba tragando, empecé a toser, me estaba ahogando. Kugisaki se apresuró a golpear mi espalda para intentar ayudarme, pero solo hizo que me atragantara más al darme golpes muy fuertes, solo hasta que la alejé de mí pude empezar a controlarme.

–Ay perdón, no sabía que esa pregunta te afectaría tanto. –Dijo Kugisaki algo indignada.

–¿Cómo... cómo puedes preguntarme algo como eso? Estamos desayunando, por Dios.

–¿Qué tiene? Si Itadori hubiera estado aquí, yo creo que ya te hubieras muerto de la pena, por eso aproveché que está fuera del país porque ustedes no se separan ni un segundo.

A pesar de no aceptarlo, tenía razón acerca de que Itadori y yo casi no nos separamos en todo el día. No pueden culparme, es mi novio y su presencia a mi lado es muy agradable, claro que nunca diría eso en público.

–Pues... No... No, no hemos tenido relaciones sexuales. –Dije sintiendo la cara algo acalorada.

–¿Y qué piensas acerca de ello?

–¿Por qué el interés?

–Simplemente quiero saber qué es lo que piensas respecto a eso.

¿Que qué pienso? La verdad no lo sé. Se me hace algo difícil abrirme respecto a estos temas de parejas. Si me preguntaran qué pienso acerca de política o alguna situación social no lo dudo y digo lo que pienso. En sí de cualquier cosa en general puedo hablar sin problemas, pero con estos temas es diferente.

–La verdad no lo sé, no es algo con lo que me haya parado a pensar detenidamente. –Era verdad, pero... –Pero pienso que el sexo no es solo un acto de placer carnal, siento que también es una forma en la que se puede demostrar... Amor.

–Te vez lindo cuando estas sonrojado jajaja.

–Cállate. –Sentía toda mi cara ardiendo.

–Me alegra que pienses eso.

Nuestro desayuno siguió transcurriendo con normalidad, hace un mes Itadori partió a Canadá para hacer múltiples misiones debido a la escasez de hechiceros. Hoy sábado volvería, estaba ansioso por verlo. No me había dado cuenta hasta estos últimos días que la presencia de Itadori es muy importante para mí.

No podría pasar poco más de un mes sin él.

Desde nuestra desastrosa cita en San Valentín hace más de tres meses, empecé a ser más abierto con las muestras de afecto en público, ahora hay veces en las yo soy el que le roba besos, lo abraza o solo lo tomo de la mano. Me siento bien haciéndolo.