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Lee Taeyong cursaba el último año de universidad dentro de Harvard, era simplemente un genio en potencia.

Desde los seis años sorprendió a todos cuando pidió disfrazarse de Nicolás Tesla para un evento de la primaria, y en la secundaria ya dominaba perfectamente los temas de física que se veían en las ingenieras de cualquier universidad, así que cuando fue aceptado en la universidad no fue sorpresa para nadie.
Con tan solo dieciséis decidió aplicar para Harvard, no dominaba el inglés a la perfección, pero igualmente no tenía nada que perder con solo intentar, y en efecto, aprobó convirtiéndose en un honorífico estudiante de física cuántica.
Sus padres estaban más que orgullosos del hombre que era ahora a sus veintiún años, pero al mismo tiempo extrañaban tener a su "bebé" cerca.

— ¿Hijo en serio que no podrás venir a pasar el cumpleaños de tu hermano con nosotros?

Su madre sonreía tristemente a lado de su padre en la pantalla de su iPad, Taeyong negó suavemente. — Lo siento muchísimo de verdad, pero este proyecto será la clave para que mi nombre sea reconocido por los siglos de los siglos, mamá. Voy a ser mejor que Tesla, créanme que esto será muy grande.

— Ay hijo, eso lo sabemos perfectamente, solo que... te extrañamos también, hasta tú coreano está perdiendo su acento.

Tae solo comenzó a reír al ver el rostro preocupado de su madre.

Se había hecho costumbre todos los sábados hacer videollamada con sus padres, era cierto que ser un estudiante extranjero algunas veces era difícil ya que tenías tu mente en un lugar y tu corazón en otro. Pero la escuela ya era lo demasiado pesada como para ponerse a extrañar su casa y las personas en ella.
— Te prometo que el siguiente año estaré por allá, y mamá, papá. Los amo, tengo que colgar porque saldré con Doyoung.

Los tres se despidieron después de que su madre enérgicamente gritó un "salúdamelo mucho" y la videollamada terminó.
En un timing perfecto la puerta del dormitorio se abrió dejando de ver al cansado chico castaño arrojar sus tenis a una esquina de la habitación.
— Dios, creo que nunca había estado tantas horas de pie.

Kim Doyoung de veintitrés era estudiante de derecho, era el chico con el promedio más alto de su generación hasta ahora, y eso le había abierto demasiadas puertas a pasantías en lugares importantes. Hoy por ejemplo recién llegaba de un congreso con los mejores abogados del país, el evento casi había sido como un maratón de doce horas.

— Al menos ahora conoces al presidente en persona.
Habló el pelinegro terminando de guardar las hojas de su escritorio.

Doyoung sonrió. — Y no solo eso, conseguí una pasantía en la Casa Blanca. — El chico se recostó en la cama de su compañero y se tomó la molestia de leer sus apuntes y dibujos extraños.
— En serio que no comprendo a los raros que les gusta ingeniería como tú.

Tae rodó los ojos. — Ya te dije que esto no es ingeniería, yo soy un físico ¿ok?

— Agh, es lo mismo, de lo mismo. ¿Cuando me contarás de que se trata?

Taeyong se revolvió los cabellos dejando sus gafas sobre la mesita, volteó su silla directo a la cama y negó con la cabeza haciendo un fingido llanto. — Por Dios Dongs, si literalmente desde que comencé el proyecto te lo expliqué al pie de la letra.

Doyoung se abrazó del pingüino de peluche de su mejor amigo alzando una ceja. — ¿Era en serio? Pensé que era tan secreto que me habías contado un cuento.

— No, no lo es. — Sonrió.— Desde que tengo memoria he creído que si existen las películas sobre los viajes en el tiempo es porque son posibles, sino ¿porque existiría ese concepto?

— Emm, ¿tal vez porque es catalogado como género de ficción? Perdóname por ser abogado y ver el mundo con los ojos de la realidad. — Dijo eso último con un notorio sarcasmo, a lo que Taeyong solo le lanzó un lápiz que impactó en su propio peluche.—

— En fin Doyoung, ¿quieres que mejor pidamos algo al dormitorio? Podemos jugar algo juntos, ese juego tuyo de peleas.

— Estaba esperando que lo dijeras.
Doyoung aceptó emocionado, ambos estaban demasiado cansados como para ir a la tonta cena de cumpleaños de la chica arrogante de ciencias políticas que se creía dueña de todo Harvard, preferían la compañía mutua y un buen soundtrack de fondo.

Para cuando la pizza llegó ambos hicieron una pausa al juego y se pusieron a comer en la cama de Doyoung.
— Dongs, no puedo creer que por fin poco a poco lo estoy logrando, me siento feliz, obviamente ¿no? pero al mismo tiempo me siento muy asustado, es muy raro.

Su amigo comenzó a reir dándole un codazo.
— Pues claro, no es como que a todos nos pase que somos genios y descubrimos que los viajes en el tiempo son posibles, tienes problemitas de niño rico. No espera. — Doyoung alzó un dedo e imitó la voz de Taeyong— Niño genio.

Taeyong dijo algo pero la pizza en su boca no dejó que se entendiera y Doyoung solamente volvió a reír. — Todo estará bien, nunca había conocido a alguien tan brillante como tú, y te lo digo de verdad.

— Gracias, en serio gracias.

— ¿Te parece si me cuentas todo del proyecto desde el principio? Tal vez solo necesitas sacar lo que atormenta tu cerebro.

Taeyong asintió feliz mientras Doyoung tomaba otra rebanada. — Bien, la idea de ser el primero en crear la máquina del tiempo surgió cuando lo soñé a los seis años.

Doyoung se atragantó pero negó con la mano indicándole que siguiera, Tae rodó los ojos. — Suena como algo muy tonto, pero créeme que fue demasiado lucido como para ignorarlo, desde ese momento me puse a investigar sobre el tema, estudié y me traté de formar.— Suspiró.— Pero creo que justo ahora la realidad me golpeó ¿sabes? Porque hay una pequeña posibilidad de que mañana podamos hacer la primera prueba, y quiero ser yo quien lo pruebe.
Querían hacerlo con un animal pero me negué rotundamente, pobrecito ¿que hará en un lugar desconocido? O peor ¿y si contagia a los otros animales de algo que no sabemos y dañamos el flujo de la historia? Agh de verdad que todo eso podría pasar, las posibilidades de fallar son... simplemente muchísimas, por no decir datos científicos.

Taeyong miró como su amigo parecía no entender pero al mismo tiempo parecía interesado. — Ok Tae, en el caso de que todo saliera perfectos ¿que te gustaría hacer?

— Primero espero lograrlo, después pasaré a mi fase dos.

Ambos sonrieron.

Turn back time | JaeYongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora