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Donghyuck sabía que algo raro estaba pasando. Aunque el había tomado el puesto de proveedor del orden estos últimos días en su pequeño grupo de amigos. Ahora no sabía que mierda pasabas.
En días anteriores había discutido con Doyoung sobre la supuesta y extraña "desaparición" (si es que se le podía llamar así) de Taeyong, ahora bien ya tenía un buen rato en el que tampoco sabía nada de Doyoung, y no se lo podía encontrar a por ningún lado. Increíblemente, Doyoung aún parecía cumplir con sus clases porque ningún maestro preguntaba por su ausencia, como siempre solían hacer con los alumnos que comenzaban a faltar con frecuencia. Pero este no le respondía a ninguno de sus mensajes de texto. Y eso era muy raro, pues Doyoung no podía vivir lejos de su teléfono.
Probablemente Taeyong y Doyoung estaban juntos, como siempre, pero ¿por qué? ¿Por qué se habían alejado de todos? No le parecía justo.

—Joven Lee, si mi clase le parece aburrida, le invito a que se retire.

Donghyuck se tensó al sentir todas las miradas del salón sobre él. La profesora, una mujer mayor conocida por ser un dolor de cabeza para todos los estudiantes, no estaba nada contenta. Sus clases no eran de libre asistencia, ya que contaban el cuarenta por ciento de la calificación final. Odiaba derecho mercantil. Sus manos comenzaron a sudar, y su garganta parecía incapaz de emitir algún sonido. Hyuck era un alumno ejemplar, nunca había estado en esa situación.

—Lo lamento muchísimo, directora. Hyuck ha tenido fiebre desde la primera hora, solo que no quería perderse su clase a pesar de que le recomendaron reposo —interrumpió el chico de cabello oscuro con mechas rubias—. ¿Cree que pueda llevarlo a la enfermería?

La profesora asintió de mala gana acomodándose sus gafas. Con una falsa sonrisa, Dejun tomó del brazo a Donghyuck y lo empujó fuera del aula.

—¿Qué mierda te pasa? —bufó Dejun al cruzarse de brazos—. ¿Estás arriba? ¿Borracho? Tuve que mentir para salvarte, maldito.

Donghyuck soltó un pequeño sonido de negación.
—No es nada de eso... simplemente sigo preocupado por Doyoung —dijo. Ambos se miraron a los ojos, y Dejun dejó su creciente enojo de lado, sentándose a su lado con una pequeña mueca de disgusto.

—¿Aún sigues con tus conspiraciones? —Donghyuck asintió—. Agh, en serio no puedo creer que alguien como tú, tan inteligente, crea que ocurre algo raro en este campus, que es ¿aliens?

Donghyuck estaba a punto de reclamarle por aquella tontería cuando una risa desagradable resonó cerca de ellos.

—Ouh, ¿qué le sucede al niño? Dejun, te dije que debías darle su medicina, la que recetó el psiquiatra —dijo Sungchan con un tono de burla — Porque creer que hay una secta de personas Ghostface desapareciéndonos es una locura

—Deja de joder, Sungchan —replicó Hyuck, con fastidio —. este es un asunto que no te incumbe, es entre nosotros.

— ¿qué deje de joder? —. El chico alto soltó una escandalosa risa. — ¿te gustaría que hable en frente de nuestro mejor amigo? — Sungchan miró de manera retadora al moreno, y Dejun solamente se sentía confundido, trataba de mirar a su amigo en busca de información. Pero este solamente mantenía el mismo ceño fruncido. — En fin —. Bostezó Sungchan mientras se colocaba sus audífonos de vuelta— me avisas en cuanto tus amiguitos vuelvan al campus.

El alto desapareció de la vista de ambos chicos, perdiéndose en las paredes del salón a lado. Xiao tenía muchísimas preguntas. — Hmm, ¿eso último lo hizo para parecer interesante? — Hyuck le miró confundido—. Hablo de la escenita de ponerse los audífonos y darnos la espalda. ¿Cómo sabe él de esto? Creí que solo era entre tú y yo.

Hyuck dio un pequeño manotazo en el pecho de su amigo levantándose con prisa. — Ven, tenemos que seguir investigando.

Mientras tanto... Doyoung estaba más alterado que de costumbre porque Yuta desaparecía con frecuencia del laboratorio dejándole solo por largas horas sin explicación alguna. Y realmente era sin explicación alguna porque jamás había algo en concreto.
Doyoung comenzó a investigar un poco más, tratando de resolver la interrogante de ¿quién era Yuta? Porque bueno, aunque prácticamente vivían juntos, no sabía mucho más allá de lo que él quería contarle.
Fue así que se animó a googlear su nombre.
Y aunque la mayoría de cosas eran buenas, y ya las había mencionado alguna vez. Había algo que... simplemente era no muy lindo en todo eso. Y al comenzar a leer aquel artículo, no pudo evitar sentirse sin aire en los pulmones y con un nudo en la garganta.
Tenía que haber alguna manera de darle un mensaje a Taeyong.

Turn back time | JaeYongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora