El chirrido del metal fue su único acompañante durante su ajetreado camino. Los pasos se redujeron cuando finalmente llegó a su destino. El viento sopló con violencia levantando su cabello y sus faldas manchadas por la tierra que se acumulaba en los arbustos de la arboleda. Estaba cansada. Las hojas crujieron cuando se dejó caer sin cuidado en el vasto suelo, algunas piedras le golpearon los muslos, fue una molestia momentánea que alivió flexionando las rodillas contra su pecho.No quería llegar a su casa. No quería ver a sus padres aún. Quería estar ahí, tranquila.
El aire abandonó sus pulmones cuando exhaló con fuerza.
La luna llena brillaba con intensidad sobre su cabeza y se reflejaba con hermosura sobre las tranquilas aguas de la laguna. Ella se quedó en silencio observándola. Era una vista preciosa.
Un beso. El sonido de agonía. Sus ojos apagándose lentamente. Sangre. Odio.
Sus manos manchadas. La culpa.Todo regresó a ella como un flash cegador.
¿Cuánto más debía cargar con esa muerte?
Hundió su cabeza entre las rodillas y alzó sus brazos para rodearse a sí misma. Su respiración se niveló pasado un rato. Las lágrimas que humedecían sus mejillas se secaron y su rostro volvió a ser el mismo de siempre: frío, inexpresivo. Ya no había un solo indicio en su cara que revelara los rastros de tristeza que salieron a flote por la presencia de unas simples palabras saliendo de la boca del traidor.
¿Cuánto más debía sufrir por la decisión que ella tomó?
El viento rugió de nuevo y el sonido de unas pisadas temerosas la pusieron alerta. No volteó ni se movió de su lugar aunque la sorpresa le aceleró el corazón. Yuuji la conocía lo suficiente como para saber que estaba bien, sabía que Eris tenía la manía de esconderse cuando sentía que se estaba enfrentando a una amenaza que la rebasaba, Suguru decía que era como un armadillo aunque escondiera el veneno de una avispa de mar en su lengua.
—Es de mala educación espiar a las personas— dijo lo suficientemente alto para que las pisadas se detuvieran.
La saliva pasó espesa por su garganta. Los latidos acelerados de su corazón retumbaron con fuerza en sus oídos, sus pies titubearon con inocencia queriendo retroceder, dio una pisada que hizo crujir unas ramas secas del manzano muerto a su espalda, sus piernas siguieron moviéndose sin importar que su mente le gritara que regresara por donde vino. Ya había avanzado, ya no había vuelta atrás.
Vislumbró la espalda de Eris, recta y esbelta. Su cabello ondeaba con gracia sobre su nuca y el chal negro que llevaba puesto yacía tirado en el suelo al lado de sus caderas, la lámpara encendida brillaba al otro extremo de su cuerpo iluminando su perfil con delicadeza.
Las pisadas se aproximaron a ella con cautela hasta que por el rabillo del ojo observó un par de zapatos negros, empolvados y algo desgastados. Él se tumbó a su lado guardando una distancia precavida.
Eris se mantuvo recta, en guardia. En el interior estaba tan intrigada como aterrada.
Ella por fin volteó a verlo.
Dos ojos azules repasaron su rostro con lentitud, su mirada exhibía una preocupación sutil que fue enmascarada por un rastro fino de curiosidad cuando ladeó la cabeza, como si quisiera confirmar que la chica había estado llorando. Su cabello estaba más desordenado de lo normal y se desplegó hacia abajo con el movimiento de su cabeza, las hebras se iluminaron con el resplandor de la lámpara que luchaba contra el viento por seguir manteniendo viva la flama débil en su interior.
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Inferno || Megumi Fushiguro [En Hiatus]
Fanfiction"Diabla tú eres mala, lo presiento." Megumi Fushiguro x Oc Female AU Jujutsu Kaisen FanFic Contenido +18. Créditos de ilustración a sus autores correspondientes.