El infierno de los pensamientos

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Vagaba sin destino el caído, sin rumbo ni camino por las calles de Piltover, no sabia que hacer, ¿Debía conseguir un empleo?, ¿De que podría trabajar?

Entonces vio que su camisa estaba llena de sangre, no podía ir por ahí vestido así. Valiéndose de la densa oscuridad de la noche recorrió las calles de Piltover, estaban limpias y lujosamente adornadas, todo era belleza y arte, era todo lo contrario a Zaun, se respiraba una fresca y pura brisa, era bellísima, estaba perfumada por el aroma de la calma y tranquilidad, no había caos y perversión

Observó una tienda de moda, ahí podría encontrar algo, silenciosamente tomó un prendedor de su saco y abrió la cerradura, había sido sencillo, solía abrir candados de niño, caminó suavemente, parecía que flotaba y como un fantasma cerró la puerta, sin hacer ruido reviso la ropa de la tienda, era un pequeño lugar pero estaba lleno, mientras lo hacía vio un largo abrigo rojo, le llegaba hasta las rodillas, estaba adornado por detalles metálicos, era muy fina y costosa, sin pensarlo la tomó, como ya estaba ahí también agarró una camisa roja vino y un. Chaleco café, que se ajustaba con un cinturón del mismo color, unos zapatos marrones con punta metálica, un pantalón beige y una corbata dorada, se llevó todo eso, salió y volvió a cerrar la puerta, como si nada hubiese sucedido.

Caminó a un callejón y se visito, aquella ropa le quedaba muy bien, como si fuera hecha a la medida, estaba impresionado, por la manera en que se le veía esa ropa y porque además era cómoda y muy suave, nunca habría podido comprar algo así, después de contemplar un rato aquella nueva vestimenta suya, continuó explorando aquella nueva ciudad, a la distancia divisó un puente, tenía varios arcos en los cuales podría dormir, aunque fuera solo esa noche mientras ganaba algo de dinero para pagar un lugar donde hospedarse, se acomodo en un espacio entre el arco y el puente y se dispuso a descansar.

Después de varias horas ya estaba amaneciendo, el sonido de la multitud y de las máquinas lo habían despertando, nadie se había dado cuenta de que estaba ahí, sin hacer nada de ruido bajo de ahí usando adornos del puente como escaleras, de igual manera paso totalmente desapercibido.

Andaba por las calles como un ciudadano más, confiado de sí
mismo, daba la impresión de un chico rico de Piltover, ¿Tenía acaso un plan?, para nada, estaba improvisando, se sentía como si todo hubiera cambiado para bien, que todo iba a mejorar.

Mientras caminaba, pudo ver como un rico hombre, de unos 45 años guardaba una billetera que al juzgar por su aspecto, estaba llena de dinero, Lewis sintió una gran tentación de hurtarla, así que siguió caminando como sin nada, cuando estaba cerca de el mayo, fingió tropezarse con este

-Mil disculpas señor, lo siento muchísimo, algo no anda bien conmigo hoy- insinuó

-Ten más cuidado hijo- el hombre no estaba nada molesto, solo sorprendido

Lewis se fue pacíficamente y de la manga de su abrigo sacó la billetera, este, había usado su "tropiezo" para distraerlo y sacarla de su pantalón, ni siquiera lo sintió.

El joven, se dirigió a una cafetería cercana, entró, no había más de 15 personas contando a los trabajadores

-¿Me podría dar un café mokka y un emparedado?- le dijo Lewis al barista y este al poco tiempo le entregó su pedido, rápidamente el chico comenzó a comer el emparedado, bebió de su café, estaba exquisito, tenía un toque dulce, a los pocos minutos ya había terminado, entonces desechó el envase del café y una bolsa de papel donde estaba su comida, salió del lugar

En la calle escuchó un suave sollozo, proveniente de un oscuro callejón "¿Qué es eso?" Pensó, instintivamente fue a investigar, Lewis nunca se resistía a su curiosidad, se adentro en el lugar, el callejón no media más de 3 metros para adentro, había un contenedor de basura, que estaba separado del borde por aproximadamente unos 80 cm

-¿Ho..Hola?- gritó el joven

En ese mismo instante, mientras caminaba, escucho como algo se movía rápidamente en hueco entre el contenedor y la pared del callejón, se acercó más y vio a una joven chica, de unos 14 o 15 años, estaba incada, con los ojos tapados por sus piernas, lloraba y respiraba agitadamente, tenía el cabello teñido de rosa, Lewis la tocó, pero esta se alejó

-¿Estas bien?- Preguntó él

No pudo evitar recordar a Jinx cuando era pequeña, la primera vez que la vio en Zaun

-¿E...Eres de Zaun?- ella lo vio a los ojos mientras se secaba las lágrimas

-¿Como yo?- agregó

-Si....¿como lo sabes?- Lewis estaba confundido

-Es complicado- se volvió a tapar la cara con las rodillas y volteo a ver a la pared, evitando la mirada de Lewis

-Tranquila, puedes decirme, creeme, eh visto muchas cosas muy extrañas- el tono era relajado

-¿No te reirás?-

-Para nada- levantó la mirada de la pelirosa con su mano

-Yo... Yo tengo un especie de... don, puedo oír los pensamientos de otros- ella estaba nerviosa de decírselo

Lewis no sabia que decir, había visto cosas muy raras, pero esto era diferente, podía ser falso pero el tono de la chica era de lo más creíble

-Por eso me escondí aquí, las personas piensan muchas cosas y muy horribles, uso esto, pero aún así me inundan esas voces-

Ella se movio el cabello y dejó ver un pequeño dispositivo esférico dorado de unos 2 cm de diámetro, como un auricular

-No me crees- bajo la mirada

-No te mentiré, esto es extraño, pero déjame ayudarte-

-De verdad, la gente piensa cosas muy horribles, es atemorizzante caminar por ahí y ver el infierno de sus mentes- ella casi lloraba

-Si escuchas los pensamientos, ¿Podría concentrarte en los míos y así no escuchar los de otros?- Cuestionó Lewis

Asintió con la cabeza

-¿Puedes acompañarme a casa para no oír a la multitud?-

-Claro-

El chico le dio la mano y la estrechó tiernamente bajo su brazo, ella no era muy alta, era un poco más baja que Jinx

El chico caminó en la dirección que ella le iba señalando mientras le contaba historias graciosas, divertidas y de quien era el, cuidando de no pensar algo que pudiera alterarla, conversaban, era extraño, no necesitaba decir nada, solo lo pensaba y ella le respondió, caminaron por varios metros hasta que llegaron a una casa, era grande aunque no muy lujosa.

Arcane Fanfic: Fallen Angel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora