Quince

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Días después

Charlie tuvo que cancelar sus planes de cenar con los Chen e irse del país.

Su repentino viaje era a una de sus construcciones fuera de la cuidad, ya que ésta estaba teniendo complicaciones y debía supervisarla en persona.

Way se sintió aliviado cuando éste llamó a su padre para cancelar la visita de ese noche y la de los próximos días.

Babe por su parte, en principio también sintió un ligero alivio pero según pasó el tiempo cada vez le era más difícil esconder el nerviosismo que sentía al acordarse de los penetrantes ojos del novio del joven de la casa.

Su cuerpo seguía estremeciéndose cada vez que éste era nombrado, una fuerte corriente eléctrica, lo sacudía al acordarse de su olor e incluso a veces en otras ocasiones sentía un calor insoportable, el cual se convirtió en agonía con el tiempo.

Su cuerpo empezó a exigirle ver al alfa y el pobre omega estaba al borde de la locura, era como tener el celo constantemente a pesar de que como un reloj se tomaba sus supresores.

Estos no lo calmaban, Berta incluso tuvo que mentir a los dueños y decirles que este tenía una fuerte gripe muy contagiosa y por eso no podía salir de su cuarto.

Mientras, muy lejos de allí, Charlie estaba pasando por algo parecido, ya que por el día estaba muy nervioso y alterado, discutiendo con todos y por todo, aunque no llevase la razón.

El alfa tenía los nervios a flor de piel y en las noches no pegaba ojo pues se retorcía de dolor en la cama del hotel, llamando al omega, necesitaba como un demente volver a oler su único y exquisito olor.

Las manos le picaban por la necesidad de tocarlo y ni siquiera follarse a dos omegas cada noche le sirvió de nada pues luego de echarlos de su habitación por su repulsivo olor, se le pasaba el momento de éxtasis y volvía la agotadora agonía.

Era muy desconcertante para su orgullo, el sentir como su voluntad se doblegara así ante el deseo irremediablemente del pequeño omega, del que no sabía nada, ni siquiera sabía su nombre o como era su voz.

Aún así, Charlie se mostraba reacio a creerlo pero empezaba a pensar que su única salida era volver cuanto antes a casa, aunque no hubiese solucionado todo pero le era imposible estar lejos por más días.

Tras regresar después de dos semanas fuera y pasar por esa intensa agonía, el joven decidió ir a un terapeuta pues quería entender porque le ocurría eso.

Su padre siempre le había inculcado ser fuerte, dominante, una jerarquía, un orden de las cosas y ese pequeño omega ponía todas sus enseñanzas patas arriba.

...-¡Es una locura!, ¡un Krittin como yo no puede mezclarse con un sirviente!- gruñía reacio en el diván de su psiquiatra.

No lo soportaba más y necesitaba volver así que avisó a Anthony, contándole la mentira de que se moría por ver a su precioso pequeño alfa.

Este reunió a toda la familia, tenían que recibir al alfa como se merecía, Way estaba vestido muy hermoso y peinado por su madre y también le había ayudado a elegir la ropa pues a este le daba igual recibirlo en chándal.

El cabeza de familia ordenó a la doncella que le dijese a Berta que preparara algo rápido y rico de picar y que pusiese el mejor vino a enfriar en la nevera.

La cocinera estaba muy preocupada pues los celos de Babe habían sido muy extraños, muy seguidos y duraban muchos días, por lo que finalmente había llamado al médico pero este solo le dijo que era normal pues era un omega con carencias alimentarias desde muy joven y no se había desarrollado normal, además tenía necesidad de un alfa.

Berta estaba con él en la habitación procurando que se alimentase bien y no se deshidratase, cuando Jesse la avisó.

Esta rápidamente fue a preparar los aperitivos y la doncella se quedó con el omega, el cual ardía en fiebre y se retorcía hablando incoherencias.

En varias de estás divagaciones se le escapó el nombre del joven empresario, por lo que la omega abrió mucho los ojos al escucharlo, ¿Que tendrán que ver Babe con la presencia del señor Krittin?- pensó.

-Alfa....ven....no...no- volvió a balbuceaba este en su agonía.

-¿Qué te pasa?, ¿Acaso te regañó el pretendiente del señorito?- preguntaba la omega muy preocupada.

-Alfa...tuyo...celo....siempre...- habló nuevamente febril.

De repente la puerta se abrió asustando a esta, la cual estaba muy concentrada intentado entender al muchacho.

Esta respiró aliviada cuando vio que era Pete para decirle que fuese ha ayudar a servir pues el invitado de honor ya había llegado.

Mientras el chófer se quedó un rato con él pues no soportaba la idea de ver a Way sonrojado como un débil y frágil tonto ante el arrogante y joven millonario.

Estaba tan concentrado en su enfado que ni siquiera el dulce olor de Babe, ni sus gemidos y jadeos le provocaban nada más allá de una tierna compasión.

-Tranquilo, pronto estarás bien...no te preocupes

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4. Pobre omega infeliz - CharlieBabe - Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora