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BUENOS AIRES, ARGENTINA

Invitamos a todos los campeones a que comiencen a dar, nuevamente, una vuelta olímpica junto con la familia ─ vociferó el presentador a través del micrófono ─ Encabeza el capitán, encabeza Messi y todos los campeones.

Cuál ejército saliendo hacia la guerra, los veintiséis jugadores tomaron su réplica de la copa del mundo y junto a sus mujeres e hijos avanzaron detrás del capitán para iniciar la mítica vuelta olímpica. La ovación de la hinchada en el Mâs Monumental era inminente, aires de celebración invadían los metros cuadrados del estadio y diferentes emociones se plantaban en los corazones de los autores del título al estar rodeados del poderoso pueblo argentino. La K'onga comenzó a cantar en vivo 'Universo Paralelo' mientras los presentes en el césped elevaban sus ojos al cielo para apreciar los juegos artificiales que estaban siendo lanzados.

Desde el lateral derecho, cerca del túnel dónde los jugadores salen e ingresan a la cancha, se encontraba Florencia y demás familiares observando cómo con felicidad sus representantes se acercaban a buscarlos para compartir la gran celebración. La pequeña mayor, Mía, se colgó del cuello de su madrina mientras que Pía se aferraba de la pierna derecha de esta y al hablar ambas al mismo tiempo, los oídos de la muchacha recibían puros chillidos. Se puso en cuclillas para igualar las estaturas de las tres y con sus dos brazos las atrajo para darles un abrazo.

─ Tía, vení con nosotras ─ exclamó la más chiquita, tomando la mano de Flopi y jalándola suavemente

─ Sí, madrina, súmate a dar la vuelta con nosotros ─ acotó Mía, con el mismo ánimo que su hermana y haciéndole ojitos para convencerla

─ No sé, amores ─ encogió sus hombros dubitativa y le acarició una mejilla a cada una de las niñas ─ Parece que todos van con sus esposas e hijos nada más, yo sólo soy la hermana de tu papá y no creo que me dejen.

─ Vos vas a caminar con nosotros y punto ─ dictaminó la mayor para posteriormente girar sobre su propio eje y visionar a su padre acercándose ─ ¡PAPI, VENÍ RÁPIDO!

𝐋𝐈𝐒𝐁𝐎𝐀 | Nicolás OtamendiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora