Episodio II

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-¡¡Dos mil millones de yenes!!—escucho un grito el pelirrojo quien sería tan imbécil para pagar una cantidad así solo por el.

-seguro que solo quiere utilizarme como todos aquí adentro —fue lo que pensó Oda.

-¡Tenemos a un ganador —comento alegre la chica— le aseguro que no se arrepentirá, en un momento se lo preparamos.

Pasaron como diez minutos para que el alfa se presentará ante el omega, este noto que el contrario tenía unas ropas en sus manos,el castaño se volteo y le sonrió.

-!Hola!¿Disculpa podrías levantar los brazos y cerrar los ojos por favor?—le pide amablemente.

Oda le extraño la forma en que su acompañante le hablo pero no podía confiar mucho ya que este era un omega y ya temía lo que le iba a pasar, obedientemente hizo lo que le dijieron, pero solo sintió como le ponía una camisa encima.

-¿Podrías terminar de vestirte por tu cuenta?—le dice algo nervioso— estaré afuera esperándote —le puso la ropa en una pequeña mesa que estaba en esa habitación y luego salio.

El pelirrojo se le hizo bastante extraño pero la primera vez que un omega lo trataba de esa manera pero mejor no era confiarse mucho ya que de la noche a la mañana podría cambiar y convertirse en un omega que solo el conocía, se terminó de vestir y noto que la ropa era normal,pero también noto algunas de sus heridas que aún estaban frescas salió de sus pensamientos cuando la puerta fue abierta otra vez por el castaño.

-Que bueno que te quedó la ropa—sonrie— pero tendré que comprarte más aparte de esa, oh perdón ¿Cómo te llamas?—amable.

-Oda Sakunosuke —respondio.

-Tranquilo no te haré nada, solo te llevaré a mi casa y una vez ahí te explicaré el motivo el cual te compre —caminando para la salida nuevamente— pero salgamos de aquí ya me estoy hartando de estar en este lugar, sigueme no te quedarás ahí parado ¿verdad?.

-No, ya lo sigo señor —con una voz que parecía más un robot que una persona.

-Solo llámame Dazai —le dice calmadamente— no tienes que tratarme con tanto respeto.

Oda no le importaba mucho pero lo siguió a afuera del establecimiento donde se encontraban, afuera estaba un coche esperándolos a ambos, los dos entraron al coche.

Todo el camino fueron en silencio pero lo que se le hizo extraño al alfa que su contrario no se había quitado la máscara para nada, pero no hizo ningún comentario.

Una media hora después por fin habían llegado a la casa del castaño, los dos se bajaron del coche y entraron a la casa.

-Sientate en el sofá por mientras me iré a cambiar de ropa para que podamos hablar —para dirigirse a su habitación.

Unos minutos después el castaño bajo con una camisa blanca y un pantalón holgado negro y se sentó en el sofá de al frente.

-Lo más seguro te estés preguntando el por qué te compre —cruzando la piernas— lo diré sin rodeos quiero que seas la niñera de mis hijos.

-¿Niñera?—confundido pero era una orden o se equivocaba— bueno ya que tú me compraste no tengo nada que refutarte.

-Creo que así será hasta que se acostumbre—penso— vivirás aquí, te proporcionaré una habitación para ti, comida y vestimenta, así que no tendras que preocuparte por nada, el aseo de la casa se encarga alguien más, ella solo viene por la tarde a hacerlo—se levanta del sofá—ven conmigo te enseñaré dónde dormiras hoy.

La sonrisa que le dió era tan sincera una que solo una vez en su vida vio, lo siguió hasta la habitación.

-Aqui dormirás de hoy en adelante, bueno me retiro está es tu copia de las llaves de la habitación, y cualquier duda o consulta que tengas la responderé —alegre— bueno descansa ya me voy, ¡Oh! Por cierto no te levantes tan temprano descansa lo suficiente para que tengas energía, ¡Buenas noches!.

Se fue algo rápido dejando confundido al otro, era como si el omega estaba más nervioso que mandado a hacer, pero le pareció divertido.

El castaño cerró de un solo portazo la puerta de su habitación, era la primera vez en años que traía a un alfa a su hogar desde que se divorcio de su anterior alfa y no sabía cómo tratar a un alfa se le había olvidado.

-Bueno Chuuya me averiguara todo sobre el—tirandose a la cama— así que no me preocuparé mucho, aunque es extraño tener otro alfa en la casa desde que....

Un recuerdo amargo se le vino a la mente, el y su anterior alfa cuando se casaron eran felices en sus dos primeros años de matrimonio,a pesar de que ambos se casaron a la edad de 17 años por qué ambos padres así lo desearon al principio se odiaban pero después por voluntad propia se casaron ya que después de pasar tanto tiempo juntos se enamoraron, al año de su matrimonio nacieron sus hijos, pero cuando los pequeños tenían dos años ellos se separaron ya que el alfa conoció a otra omega y se divorciaron por qué el alfa lo engaño con ella, ya han pasado dos años de eso y desde ese entonces no se volvió a ver otro alfa en la casa de este a excepción de sus dos pequeños hijos ya que al parecer estos se parecían más a los abuelos que a ellos.

-Y aún duele —abrazando la almohada— pero que debería de haber esperado lo más seguro que todas esas palabras que me dijo eran mentiras,mejor es dormirme.

En otra parte se encuentran un alfa que estaba en el balcón y  platicando con su mamá alfa.

-¿Otra vez lamentandote?—le pregunta.

-Si no se que estaba pensando cuando me divorcie de el....—viendo a la nada— es un dolor de cabeza estar casado con ella, peleas todos los días y ya no soporto.

-Nadie te dijo que te divorciaras de el, me pareció un buen chico, te amaba a pesar de todo y también lo admire bastante ya que era el único que te ponía un estate quieto y nunca se dejó mandar de ti.

-Si eso era lo que me gustaba de el,su independencia que nunca dependió de mi, sabía hacer todo por si mismo —con una sonrisa melancólica—¿Cómo fui tan idiota por dejarlo?

-No bueno que reconoces tu error—le dice su madre—pero no creo que el te perdone así de facil, lo dejaste solo con sus hijos y solo le pasas la pensión alimenticia, que tal si empiezas a pasar tiempo con tus hijos?.

Al alfa le pareció una buena idea y de la emoción abrazo a su madre agradeciéndole por el consejo.























Continuará......



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