Era algo estúpido, ¿el juego se volvió realidad?
No era posible, y no había manera de explicar esto, solo que todo fuese un sueño.
—Eso es —digo para mí misma, esforzándome en creer que todo es un sueño. Y como una completa loca, comienzo a reír, primero en voz baja, viendo cómo Evan retrocede confundido, y luego no puedo evitar reír en voz alta y sin poder parar.
—Definitivamente estás loca.
Ignoro el comentario del rubio y decido ir nuevamente hacia mi cama. Le doy la espalda mientras lo escucho murmurar cosas que para mí no tienen mucho sentido. Cuando me cubro de pies a cabeza con la sábana, cierro mis ojos.
—Bien, voy a cerrar mis ojos durante diez segundos, y cuando los abra, todo habrá vuelto a la normalidad —susurro para mí y seguido comienzo a contar con la esperanza llenando mi corazón.
Sin embargo, cuando llego al diez y escucho la voz de Evan diciéndome que si esto era una excusa para no ir a trabajar no me estaba funcionando.
Desesperada y confundida salgo de la sábana.
—¿Trabajo?, ¿tengo un trabajo? —pregunto intentando hallarle sentido a toda esta situación.
Evan vuelve a meterse a la cama antes de decirme que dejara de hacerme la loca, y que me apurara para no llegar tarde a mi trabajo.
Cuando escucho el tono en el que me responde no puedo evitar alzar ambas cejas.
—¿Y tú?, ¿por qué aún no te has ido a trabajar? —pregunto al verlo acomodarse en la cama mientras que a mí me ha ordenado irme.
—No vamos a tener la misma discusión otra vez, desde que nos casamos dejamos claro como serían las cosas —dice con el mismo tono hostil de voz, y en ningún momento se digna a mirarme.
—¿Y como serían según tú?
—Tú trabajas, yo me encargo de mantener este lugar en orden y entrenar por las tardes para mejorar en el fútbol.
Mi boca se abre inevitablemente, toda mi cabeza duele, pero está siendo peor ahora que tengo que lidiar con este hombre. ¿Evan Hill de verdad es este tipo? ¿El Evan del cual estoy enamorada es tan desagradable?
No quiero seguir pensando en esto, tengo otras cosas más importantes en las cuales ocupar mi mente y una pelea con mi supuesto esposo no está en el puesto número uno.
Decido por mi bien mental, salir de la habitación y tratar de pensar en qué ha pasado.
Y en cuanto salgo y veo una pequeña cocina toda desordenada, casi quiero volver a entrar a esa habitación y preguntar la razón por la que eso está así, si su único trabajo es mantener limpia la casa.
Que por cierto es horrible, pequeño, de un color verde menta que en mi vida hubiera aceptado.
Camino más hasta encontrar un pequeño baño igual de sucio que toda la casa, y el único espejo dentro está roto; sin embargo, puedo verme y distinguir algunas de mis facciones.
Tengo que reprimir un grito al verme, estoy horrible: ojeras pocas sanas, labios resecos, y una bata de un color azul encendido.
¿Qué me ha pasado?, ¿por qué visto ropa que jamás hubiera aceptado antes?
—Bien, Emily, tomemos un descanso para pensar en qué está pasando, qué más ha cambiado —digo para mí misma mientras suelto pequeños suspiros. Estar en el baño no me ayuda en nada, así que decido salir y sentarme en un pequeño mueble en la pequeña sala, donde para mi sorpresa está mi celular. —Primero jugaste un juego con Clarissa, luego decidiste dormir y mágicamente despertaste siendo una mujer adulta.
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Un juego inofensivo #ONC2024
RomanceEmily Harper toda su vida ha tenido las cosas claras a pesar de tener solo diecisiete años, desde su trabajo deseado hasta su casa y esposo de ensueños, es por eso que aquella noche de pijamada cuando su mejor amiga sugiere que jueguen un juego inof...