CAPITULO 6

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Llego algo sudada a mi departamento porque desde que salí del hotel fui hasta donde se suponía que debía estar la casa de mis padres, pero no los encontré, el lugar estaba solo y la casa en venta.

Caminé buscando respuestas, pero las personas que veía no eran mis vecinos del pasado, eso me generó un poco de estrés, porque ni siquiera pude acercarme a preguntarles por mis padres debido a la timidez.

Porque yo era así de extraña, podía hablar por horas con mis amigos más cercanos, con personas que conocí bien en el pasado, o hasta con personas muy mayores, pero cada vez que tenía que conocer a alguien nuevo era la timidez en persona, no encontraba mi voz y me temblaban las piernas.

Así que no pude preguntarle a nadie por el paradero de mis padres, los cuales si mis cuentas no fallaban debían tener entre cincuenta y sesenta años

Seco el sudor en mi cara que cada vez es más insoportable, y todo gracias al calor que hace el día de hoy, y lo peor es que probablemente mañana hará frío, porque el clima en Colorado Springs en septiembre es impredecible.

Cuando entro al departamento me encuentro con Evan en la sala, mirando la televisión mientras come galletas y las envolturas tiradas a su alrededor.

Se ve como un vagabundo y mi casa está horrenda, parece que no ha recibido una limpieza adecuada desde hace semanas.

—¿No se supone que tu único trabajo es limpiar la casa? —pregunto intentando mantener la calma y poniéndome delante de él, impidiendo que siga mirando la televisión.

Debería preguntar por mis padres porque realmente me siento asustada, pero no puedo evitar reclamarle al rubio por el estado de la casa.

—Iba a hacerlo, pero mis amigos me avisaron que el partido sería justo en un rato más y no podía dejar la limpieza a media, por eso la haré de que regrese.

Me siento cansada por lo que no le doy más importancia y en su lugar le pido que llegue temprano.

Evan, ya fastidiado, me ordena que me quite de la televisión y al mismo tiempo murmura que le caía mejor cuando era más callada y menos amargada.

—¿Algo debiste hacer para que sea así, no?

—Te hice el favor de casarme contigo, porque te morías por mí en preparatoria.

Enojada le pregunto que si lo obligué para que se casara conmigo y él niega.

—Pero me agradabas porque me facilitaste la vida en aquel entonces, desde que te ofreciste a darme clases para mejorar mis notas.

Suelto un suspiro, enterándome de la razón por la que Evan se fijó en mí, me lo pregunté desde el principio y aquí estaba mi respuesta.

—Luego me di cuenta de que te morías por mí, y decidí pedirte que fueras mi novia, no dudaste nada en aceptar y quizás me acostumbré a tenerte a mi lado haciendo todo por mí y creí que sería así siempre.

No le permito que siga hablando porque entiendo que esa fue la razón por la que nos casamos, nunca me quiso, solo le gustaba que le hiciera todo y como estúpida creí que me había llegado a querer.

La desilusión de ver a tu Crush mostrarse a como es en realidad es horrible.

O quizás lo más horrible era ver que el chico que creías perfecto solo formaba parte de tu imaginación, del anhelo de crear al príncipe azul que mágicamente se enamora de ti y te hace sentirte como la protagonista de todas esos libros y películas románticas.

Pese a la desilusión no dejo que me siga humillando, le apago la televisión y de manera firme hablo.

—Pues veo que tomaste una mala decisión al final de cuentas.

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⏰ Última actualización: Apr 30 ⏰

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