Capítulo 12

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Barcelona, España.
Presente Día.

Rosé caminó por los pasillos de la casa en busca de su objetivo. Acababa de aterrizar hacía unos minutos, estaba enfadada por muchas cosas. Lisa había decidido viajar a otro país unos momentos antes de que el avión despegara.

Tenía muchos papeleos que hacer y lo que más le ponía los nervios de punta, era el hecho de que Mina no había abordado el avión sola, Son lo había hecho con ella.

Subió las escaleras hasta la segunda planta de la casa, caminó entre los cuartos que la adornaban y se encontró con una de las empleadas de la casa.

— Margarita, ¿Has visto a la señora Mina? — Preguntó deteniéndola.

— Hace un rato vi que subió hacia las habitaciones — Rosé asintió agradeciendo y regresó a las escaleras.

Subió a ancadas hasta el cuarto de la chica y al tratar de girar la perilla, esta tenía seguro, como la mayoría de los cuartos de la casa.

— Soy Roseanne — Habló y casi en seguida Mina le dio paso.

Entró y ella estaba parada frente a su cama con los brazos cruzados. Las curvas de su cuerpo se notaban a través de sus atuendos ajustados, los pequeños chalecos que usaba casi a diario le ayudaban a verse realmente bien.

Tenía recogido el cabello en una coleta y su maquillaje se veía desperfecto. Miró a Rosé de pies a cabeza, había sido un viaje largo, desde Colombia hasta España, estaba hecha un desastre. Pero no había manera en la que Roseanne se viera mal.

— ¿Dónde está Lisa? — Preguntó. Rosé solo la miró fijamente, queriendo matarla en ese momento.

— Sigue viva, no has podido ocasionarle la muerte por un disgusto aún — Mina rodó los ojos.

— Están exagerando — Dijo fijándole la mirada. — ¿Cuántas veces tengo que repetirles que Son no es como su hermano? — Rosé rascó la punta de su nariz y soltó un bufido.

— Te estás arriesgando al involucrarte con ella — Advirtió y ella soltó una risa burlona.

— Lisa se está enredando con la presidenta de los Estados Unidos — Rosé se calló y la miró. — ¿Vas a negarme que va a follársela a Washington? — Preguntó con las cejas alzadas y Rosé la tomó del brazo.

— Es diferente — Susurró con un rastro de mentira en su voz.

— ¿Diferente en qué? — Preguntó entre dientes acercándose al rostro de la rubia, retándola.

— Jennie es una niña inexperta, tú te estás metiendo con una mafia muy poderosa — Ella jaló su brazo quitándose a Rosé de encima.

— Confío en ella — Confesó sin miedo y dio media vuelta.

— ¿Realmente lo haces? — Ella no contestó —. Nosotras somos tu familia, te sacamos de lo más bajo y estás viva gracias a nosotras  — Reclamó.

Ella giró sobre su cuerpo y miró a la rubia. Su postura era seria, casi enfadada.

— Lo sé, lo agradezco — Respondió. — Pero no estoy dispuesta a dejar ir mi felicidad solamente porque la chica no pertenece a la mafia en la que trabajo — Concluyó haciendo a Roseanne explotar.

— ¡No tiene nada que ver que no sea de esta mafia! — Gritó. — Pertenece a la Ndrangheta, la mafia que más nos odia y la que quiere vernos hundidas en el maldito averno — Reclamó y ella solo frunció el ceño retenida. — Es la hermana del maldito líder, ¡Trata de entenderlo! — Ella cubrió sus oídos y negó en repetidas ocasiones.

Profano | 𝗝𝗟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora