capítulo 2

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Washington D.C.
Estados Unidos.
Presente Día.

Estaba siendo un día muy largo, y por primera vez en la historia, Liaa esperaba atenta los resultados de las votaciones en cada estado. Desde las cinco de la mañana comenzaron a abrirse los centros de votaciones alrededor de todo el país. Rosé se había encargado de poner a favor de la demócrata los votos de los estados con mayor peso en las elecciones.

Por primera vez habían tratado de arreglar las elecciones, y se había dado cuenta de lo difícil que era. Estados Unidos es una nación en la que las elecciones que llevan a alguien a la presidencia suceden de una forma única. Todo depende, y no del pueblo. Complicado, ¿verdad?

Cada estado tiene una parte de los quinientos treinta y ocho electores en el consejo electoral, para que un candidato pueda ganar las elecciones, tiene que obtener doscientos setenta votos, es decir, la mitad más uno, de todos los electores.

Si bien pareciera que con el simple hecho de comprar a los electores a su favor, Jennie lograría posicionarse en la Casa Blanca, no era tan sencillo. Todos los electores de un estado, votarían por el candidato que haya tenido más votos ciudadanos en ese territorio, con excepción de Maine y Nebraska. Por esto, la compra de votos había parecido casi imposible. Hacer que todos los estados modificaran sus resultados para hacer ganar

al partido Demócrata era extremadamente difícil, y caro. Por lo que Lisa y Rosé habían planeado una estrategia para generar ventajas. El punto clave era asegurarse de que los estados con más electores, votarían por ella.

Durante dos semanas estuvieron viajando alrededor de los Estados Unidos para conseguir los cincuenta y cinco votos de California, treinta y ocho votos de Texas, veintinueve de Florida, veintinueve de Nueva York, veinte de Pensilvania, veinte de Illinois, dieciocho de Ohio, dieciséis de Georgia, dieciséis de Michigan, quince de Carolina del Norte, catorce de Nueva Jersey y trece de Virginia. Teniendo así, doscientos ochenta y tres votos.

A lo largo del día fueron cerrándose las urnas, y dando sus resultados parciales, el primer estado fue Florida, siguiéndole de cerca Nuevo Hampshire, Ohio, Nuevo México, Pensilvania, así uno a uno hasta que el último estado, que es California, por su alta cantidad de electores, cierra sus umas y cuenta sus votos.

A la una de la mañana del miércoles, se dio a conocer en todo el mundo, que Estados Unidos tenía un nuevo líder.

Jennie Kim.

Lisa sonrió mientras apagaba la televisión de la sala. Lo había logrado. Había puesto a su candidata favorita en la presidencia. Quería celebrar su poder, su satisfacción al saber las cosas que podía llegar a hacer.

— Espero estés feliz — Llamaron desde la entrada de la habitación —. Tu chistecito nos costó una buena cantidad — Lisa rodó los ojos sin quitar su sonrisa.

— Deja de llorar por el dinero — Le respondió. En su mejilla ya no había rastro de la herida que había recibido de la amante de Marco.

Se levantó del sofá y se encamino hacia su amiga. La veía seria, como si realmente estuviera molesta por lo que había hecho.

— Piensa a futuro, en lo fácil que será gobernar este país los próximos cuatro años — Rosé hizo una mueca de inseguridad.

Había leído sobre la chica, y no le parecía tonta, al contrario, le parecia una mujer realmente preparada. Muy joven, sí, pero con un amplio conocimiento y facilidad para lograr lo que se propone.

— ¿Qué si no es como piensas? — Le preguntó, Lisa cambió de expresión.

Su felicidad se tornó a confusión.

Profano | 𝗝𝗟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora