Lisa negó rotundamente ante tan absurda petición.
No creía lo que esa chica le acaba de pedir. ¿Dormir en un sillón?
Jamás, Lalisa Manoban jamás dormiría en un sillón.
— No tengo diez habitaciones en esta casa, para terminar durmiendo en un sillón — Quería gritarle, pero el cansancio en su cuerpo y mente no se lo permitían.
Parpadeaba lentamente, luchando contra sus pesados párpados. Jennie la miró y frunció el ceño hacia ella.
— Te ves realmente agotada — Lisa alzó las cejas ante la obvia observación de la chica.
— Lo estoy — Respondió —. Solecito, tienes veintiséis años, solo cierra los ojos y se acabó — Jennie gesticuló un pequeño puchero.
— ¿Has notado la carga tan pesada que tiene la casa? — Dijo mientras miraba todo su alrededor. — ¿No has pensado en traer un cura? — Lisa suspiró harta y echó su cabeza hacia atrás, haciendo que esta topara con la columna en la que estaba recargada.
— No es como que los curas visiten las casas de los narcotraficantes — Contestó mientras miraba el techo. — Jennie, ya duérmete. ¿O quieres que duerma contigo? — Preguntó sarcásticamente mientras la miraba a los ojos pese a la tenue luz.
La mirada de Jennie no marcaba rechazo a la pregunta. Debía estar loca. Pero al final, ella había hecho la propuesta.
— Oh no. No, no, no — Sus seguidas negaciones eran acompañadas de movimientos con su dedo y cabeza.
— Anda, la cama es grande y realmente no puedo dormir — Lisa se quedó quieta por unos segundos, mientras seguía diciendo no con la cabeza. — ¿Qué tiene de malo? — Lisa entrelazó sus dedos en su lacio cabello.
Soltó un gran respiro. Lo único que sabía en esos momentos, es que la forma en que esta chica lograba manipularla no era normal. Se comenzaba a preguntar si estaba bajo algún hechizo de obediencia, o algo así.
Caminó hasta el lado izquierdo de la cama, el cual estaba desocupado. Puso su arma en la mesa, junto a la lámpara. Se hizo espacio entre las cobijas, y quedó en la orilla, de espaldas a Jennie.
— Gracias... — Susurró Jennie.
Lisa se cubrió hasta la cabeza y no respondió.
Pasaron algunos minutos, Jennie seguía mirando el techo, sin poder conciliar el descanso y Lisa roncaba ligeramente. Para ella no era difícil dormir después de todo lo sucedido. La chica la miró, de espaldas a ella, bajo las mismas sábanas.
Mordió su labio inferior y arrastró su cuerpo hasta quedar casi tocando el de la azabache. Desprendía un calor agradable, la chica era cálida y olía muy bien. Tenía el sentimiento de haber olido esa loción con anterioridad. Pepino con Fresa. Esa era.
— ¿Qué demonios haces? — Escuchó que preguntó, adormilada, cuando le recargó su mejilla en la espalda.
No respondió, esperando que eso fuera suficiente para que Lisa dejara pasar la situación. Todo se tornó en silencio, Jennie cerró los ojos y en unos minutos, por fin estaba dormido.
..
Lisa sintió la luz artificial de las lámparas inundar la habitación. Arrugó la frente por la molestia, y cubrió su rostro con las cobijas desordenadas por la cama. Había sentido la noche como un parpadeo, no sentía haber descansado en lo absoluto.
— Roseanne por favor — Rogó entre un quejido, pidiendo unos momentos más de descanso.
Quedó sentada en la cama cuando recordó lo que había sucedido la noche anterior. Cayó en cuenta que no estaba en su habitación, y que la persona que había encendido las luces no era Rosé.
ESTÁS LEYENDO
Profano | 𝗝𝗟
Fanfic⌫ | Dos chicas. Dos corazones totalmente diferentes. Dos formas de pensar únicas. Y un mismo destino, uno oscuro y profano. Una de ellas ganó un alto puesto en la cadena de liderazgo. Mientras la otra, ganó un peón al que manipular, pero... ¿Y si es...