Arequipa, Perú.
Presente Día.— Le dije claramente que no intentara escapar Roseanne, quiero ser buena persona y hacer esto fácil. ¿Por qué se empeñan en hacerme enojar? — Iban en una Toyota 4Runner, atravesando la base de la cordillera volcánica del Pichu Pichu, en el sur de Perú.
Tres días después del cambio de presidente, Taehyung avisó a Lisa que el exmandatario había salido del país, con rumbo a Perú. Y ahora estaban en su caza.
— Tú le diste la oportunidad de intentarlo — Regañó Rosé —. Además, lo busca la policía — Se agarraban con fuerza de los asientos traseros, mientras Taehyung pisaba el acelerador sin piedad.
Las llantas pegaban con fuerza sobre las rocas que había en el camino, haciendo que el coche brincara y se moviera con brusquedad.
— Pero, ¿venir hasta Perú? — No encontraba lógica en la acción del viejo, pero Rosé veía una, que era la más importante: desesperación.
Frente a ellas, corría una camioneta dorada que aumentaba la velocidad cada que se veían más acorralados. No sabían si Hollister estaba solo, o si estaba acompañado por alguien. Los vidrios polarizados de la camioneta no les permitían ver más allá de su reflejo, y el polvo volcánico que levantaban las llantas de los vehículos empeoraba la situación.
Detrás de ellas y a una corta distancia, venía un Jeep con tres de los hombres de Manoban. La pelinegra tomó el AK47 que estaba frente a su asiento e insertó un cartucho lleno de munición.
— A todos nos va a llegar nuestra hora, y a Marco ya le llegó la suya — Bajó el vidrio de su ventanilla y sacó la mitad de su cuerpo por la ella, apuntó con el arma hacia la camioneta que corría delante.
Era difícil mantener la puntería con el movimiento que ocasionaba el camino. Apretó el gatillo y decenas de balas comenzaron a salir, algunas solo golpeaban el aire y se perdían, otras alcanzaban a golpear los cristales traseros y la cajuela del vehículo.
Comenzó a disparar nuevamente, esta vez impactando en uno de los neumáticos traseros, la velocidad a la que conducía Marco le hizo perder el control, las llantas derraparon y la camioneta dio vueltas mientras Taehyung se detenía. Rosé, Lisa, Taehyy los otros tres hombres que los acompañaban bajaron de los autos, acercándose lentamente al vehículo que perseguían, y que ahora estaba varado a las faldas del Pichu Pichu.
Se colocaron en una línea, Lisa levantó su arma y en cuenta ella lanzó la primera bala, una ráfaga de fuego se dejó caer encima del metal dorado por las otras cinco personas. Los casquillos caían al suelo conforme los hombres iban recargando los cartuchos de balas de 7.62 milímetros de calibre.
Lisa ordenó que pararan después de un minuto y alrededor de trescientas balas. Se acercó a la camioneta aún entre el humo y el olor de la pólvora. Se acercó a abrir la puerta del conductor, y su sorpresa al abrirla fue que Hollister seguía vivo. Realmente era una maldita cucaracha.
Manoban chasqueó la lengua en desaprobación mientras el canoso hombre la miraba perdidamente, escupía sangre por la boca y mantener la respiración dolía como nunca antes. A un costado de él, en el asiento del copiloto, estaba la ex-primera dama con su vestido rosa pálido manchado de rojo. Ella estaba muerta.
— ¿Ves hasta donde tuvimos que llegar? — Preguntó al moribundo con un tono de burla —. No importaba si era en Washington, en Madrid o aquí. Te encontré y te cumplí lo que prometí — Lisa hablaba tranquila mientras el hombre se ahogaba en su propia sangre, trataba de balbucear algo, pero no era audible — Fuiste muy estúpido en hacer esto, sabías lo que pasaría, no puedes decirme que no te lo advertí — El tono en Manoban cambiaba, no a arrepentimiento, sino a berrinche de que no siguieran sus órdenes. Las cosas se podían hacer de una sola manera, debían hacer lo que ella decía — Mira lo que ocasionaste — La mano de la pelinegra tomó los blancos y escasos cabellos del hombre haciendo girar su cabeza hacia su esposa, observó la macabra escena por un momento antes de que Lisa le regresara la vista hacia sus marrones y penetrantes ojos.
ESTÁS LEYENDO
Profano | 𝗝𝗟
Hayran Kurgu⌫ | Dos chicas. Dos corazones totalmente diferentes. Dos formas de pensar únicas. Y un mismo destino, uno oscuro y profano. Una de ellas ganó un alto puesto en la cadena de liderazgo. Mientras la otra, ganó un peón al que manipular, pero... ¿Y si es...