Un Tiznado En El Calabozo

I

-Dejame ver si entendí... Te fuiste de la iglesia hace unas horas, entraste al calabozo y al final terminaste atrapado en un mundo muy diferente a este solo para luchar contra un Dios deforme y dorado para después casarte con una diosa de 4 brazos y volverte el Señor de esas tierras... ¿Se me escapa algo?- pregunto la Diosa viendo fijamente a los ojos de su hijo que hizo una ligera muera

-Es más que eso, pero básicamente si- las palabras del Señor del Elden hicieron que Hestia se mareara ligeramente

Había escuchado atentamente todo, su llegada a las Tierras Intermedias, su lucha por sobrevivir a aquel territorio sanguinario... Sus combates tan ridículamente asombrosos que la hicieron estremecer

-Realmente me desagrado el origen de esos que llamas "Pieles de Dios"- las palabras que salieron de la boca de Hestia la hicieron estremecer

-Creeme que es más bizarro de lo que se escucha- dijo Bell casi restándole importancia al origen de aquellos asesinos de dioses, cosa que solo hicieron estremecer a la pelinegra

-Realmente me parece difícil de creer todo lo que me has dicho, retiro lo dicho... Realmente quisiera no creerte, pero tristemente no se le pueden mentir a los dioses... Tuviste que haber pasado por muchas cosas- la empatia y compasión de la Diosa del Hogar hicieron sonreír levemente al peliblanco

-Aun que realmente no entiendo, ¿que son los empireos, como se originan?- la pregunta de la Diosa incómodo levemente al peliblanco pero aun así decidió responder

-A palabras simples, un empireo es un mortal que por alguna razón es capaz de hospedar la voluntad de un Dios, es como poseer un cuerpo, solo que su anfitrión aun es capaz de conservar su consciencia- las palabras de Bell hicieron asentir a la Diosa qué simplemente meditaba las palabras de su hijo

-Y durante tu viaje, ¿fuiste poseído por algún Dios?- pregunto Hestia a su hijo que hizo un gesto con sus manos

-No directamente, los dioses de esas tierras son demasiado celosos y crueles, tienen una forma muy retorcida de actuar... Pero sus beneficios son únicos, ha matado a semidioses que aprovecharon el poder de esos Dioses y han sido oponentes muy temibles- la palabra matar sacudió a la pelinegra de sobremanera, sabía que las acciones de su hijo eran únicamente para sobrevivir... Pero el hecho de haberse cubierto varias veces las manos de sangre la incomodo levemente

-La Gran Voluntad, el crisol primordial, la madre sin forma, la putrefacción roja, el príncipe de la muerte, las bestias nacidas de las estrellas, el Dios caído de los gigantes... La llama frenética... La tierra estaba inundada por la influencia de las divinidades, pero esa tierra era muy diferente a esta... Las tierras Intermedias eran violentas, sanguinarias y crueles... Hubieron semanas en las que no podía dormir por que simplemente el peligro albergaba en todos lados y con la presencia de los dioses anhelando mi carne empirea solo hizo aún más difícil el sueño...- la mención de aquellos dioses hicieron que Bell tuviera un escalofrío de terror, principalmente por aquel mal primordial enterrado en las profundidades de Leyndell

-Y tu prometida Ranni... También es una diosa, ¿Realmente confías en ella?- pregunto Hestia a su hijo que simplemente asintio

-Ella fue una de la primeras personas que conocí, me dio mi campana para invocar espíritus y me brindó su apoyo para regresar aquí... Queríamos regresarles el libre albedrío a las tierras Intermedias y la Era de las Estrellas era la única forma de restaurar un orden realmente duradero- las palabras de Bell acompañadas de su nostalgia y cariño hicieron que su Diosa frunciera el ceño pero que rápidamente apartó... Al fin y al cabo, esa tal Bruja Ranni había mantenido a salvo a su hijo, por lo que tenía su gratitud