Capitulo 3

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– Te espero a las 12 hoy, los demás días a las 8. – Dijo con ese tono frío, para después marcharse.

Genial, 2 horas sin nada que hacer.

Me dirigí hacia una de las bancas y me senté, un par de segundos más tarde, escuché las puertas abrirse, eran algunas chicas del equipo, entre ellas observé a Eliza, quien al verme, se acercó con una sonrisa pintada en su rostro.

– ¿Al final si te aceptaron en el equipo? – Emocionada preguntó.

Negué con la cabeza. – Estoy a prueba, el viernes me dirán.

– ¿A prueba? ¿Y entrenarás con nosotras?

– No, entrenare con la grandiosa capitana. – Respondí sarcástica.

–  Vaya privilegio, ¿no? Desearía poder decir lo mismo de ti. – Dijo Grace a lo lejos provocándome un sobresalto. ¿En que momento volvió tan rápido si se acababa de ir?

Eliza peló los ojos y abrió la boca reflejando su sorpresa.

– Te encanta interrumpir conversaciones ¿verdad?

– El entrenamiento es solo para las chicas que pertenecen al equipo, ¿te importa?

– De hecho puedo observar el entrenamiento si yo quiero, no tengo que formar parte del equipo para estar aquí.

–  Elizabeth, a la pista. – Ignoró por completo lo que le dije. Antes de adentrarse en la pista junto a Eliza, Grace giró hacia mi con una sonrisa forzada. – Disfruta el espectáculo. – Acto seguido me guiño un ojo.

La observé confundida y ella se adentró al hielo. Jamás la había escuchado hablar en ese tono y mucho menos la había visto hacer tal expresión.

Un incómodo nudo se formó en mi estómago. Observar el entrenamiento de las chicas se volvió una tarea más difícil. Mis ojos se deslizaban inevitablemente hacia Grace. La tensión entre nosotras era palpable, y a pesar de mi desagrado hacia ella, no podía evitar sentir una extraña intriga, preguntándome si había algo más detrás de su máscara de capitana fría y arrogante. La nota que encontré antes tampoco ayudaba mucho con mi curiosidad.

Durante algunos momentos, nuestros ojos se encontraban de manera esporádica, una serie de miradas desafiantes que dejaban claro que la rivalidad persistía.

– ¿Así es como entrenas? – Escuché una voz masculina familiar a mi lado, sobresalté por la sorpresa.

– ¿Dylan? ¡Hola! ¿Qué haces aquí?

– Vine a verte, ¿te molesta?

– No me molesta, para nada. Aun que yo entreno más tarde.

– ¿Por qué? ¿No entrenas con las chicas?

Negué con la cabeza. – Entreno con la capitana.

– ¿Solo con ella? ¿Grace?

– Así es.

– Ew ¿A qué hora?

– A las 12.

– Entonces tienes... – Miró la hora en su celular. – 1 hora y 17 minutos libres. ¿Quieres tomar un café?

Asentí y acto seguido nos levantamos, sentí la mirada de Grace sobre nosotros, sin embargo, la ignoré. Nos dirigimos a la cafetería, Dylan ordenó dos cafés y los trajo a la mesa.

Dylan jugueteó con su taza de café. – Emily, hay algo que quería preguntarte... bueno, más bien invitarte.

– Claro, Dylan, adelante. ¿Qué pasa? – Respondí curiosa.

AMOR DE HIELO [GL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora