Capitulo 4

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Era jueves, la semana estaba transcurriendo tranquilamente, los entrenamientos dejaron de ser tensos como en un inicio, resultando en que mi odio por ella se desvaneciera, solo en parte, pues aún se me dificultaba entenderla, sus actitudes confusas me colmaban la paciencia, sin embargo, por mi bien, decidí no darle importancia.

Llevábamos alrededor de 40 minutos de entrenamiento, concluíamos con un ejercicio de tiros a la portería. Intercambiábamos roles entre lanzar y bloquear. Ahora mismo me encontraba lanzando.

– Deberías alejarte de él. – soltó bruscamente, interrumpiendo mis movimientos en el hielo. Mis patines se detuvieron en seco.

– ¿Qué? ¿De quién? – Pregunté confundida.

– Mi.. De Dylan.

¿Mi? ¿Será que tiene un crush en Dylan?

¿Y por qué debería hacer eso? ¿Desde de cuándo te interesas por mi? – Repliqué con mi voz crispada.

Los ojos de Grace, usualmente inescrutables, parpadearon con algo indefinible. Abrió su boca para hablar pero antes de poder decir algo la cerró, como si se arrepintiera inmediatamente de lo que estaba a punto de decir.

En un arranque de frustración por su falta de respuesta, patiné hacia ella, al detenerme frente a ella, casi perdí el equilibrio, pero Grace tomó mi brazo, evitando que cayera al suelo.

La cercanía repentina, su tacto inesperado, provocó una oleada de emociones contradictorias en mi. Por un breve instante, nuestros ojos se encontraron.

– ¿Vas a responder o...

– Solo está jugando contigo. – Interrumpió.

Liberé mi brazo con brusquedad. ¿Quién se cree para decirme eso? La miré con incredulidad.

– ¿Y por qué te importa? – pregunté, mi tono desafiante apenas disfrazando la confusión que burbujeaba en mi interior.

Grace evitó mi mirada por un instante, y cuando finalmente habló, su voz llevaba un rastro de vulnerabilidad que no había mostrado antes.

– Dylan no es buena persona. Emily...

El tono menos frío y la apertura momentánea en sus ojos revelaron algo inusual en Grace, algo que no esperaba. Aunque su máscara de indiferencia seguía intacta, había un reflejo de inseguridad, como si detrás de la fachada de frialdad, se escondiera una verdad que ni siquiera ella quería confrontar.

– No necesito tus consejos. Y definitivamente no necesito que te preocupes por mí. – Interrumpí.

El hielo crujía bajo mis patines mientras me alejaba de la pista, tratando de escapar de todas las emociones que Grace desataba en mí. Mi mente se debatía entre la confusión y la intriga, y necesitaba encontrar un rincón tranquilo para calmar el caos que se gestaba en mi interior.

Escuché a Grace patinar detrás de mi.

– Emily, aún no acaba el entrenamiento.

La ignoré.

Grace aceleró su patinaje, intentando interceptarme.

– ¿Por qué estás evitándome? No dije nada malo.

– ¿Es en serio? ¡Dios! Tu actitud es tan confusa. Un momento parece que odias cada segundo que compartes conmigo, luego sueltas comentarios extraños que no sé si son burla o no. Después, actúas como si todo estuviera bien entre nosotras, pero al siguiente, me miras como si me odiaras profundamente de nuevo. ¿Y ahora me aconsejas? Ya tengo suficiente intriga con esa maldita nota que no se sale de mi cabeza. No entiendo tus señales, Grace, y honestamente, no sé si quiero entenderlas.

AMOR DE HIELO [GL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora