Capítulo 47 [♪] (Edit.)

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→ D A V I D ←

—¿Estás listo, Dav?

Miro sus ojos azules una última vez antes de asentir, bajo del auto y rodeo el vehículo para abrirle la puerta, Jackie acepta mi mano y se para a mi lado.

—Este hotel es impresionante —comenta al mirar el edificio frente a nosotros, pero solo puedo asentir otra vez.

Jackie me acomoda el cuello de la camisa una última vez antes de enlazar nuestros brazos y esboza una sonrisa amplia. Intento corresponder el gesto, pero se me hace casi imposible.

Han pasado dos días desde que Camila y yo nos besamos, no he sabido nada de ella y no he tenido el valor para buscarla, así que sigo sintiendo que el oxígeno no me basta; no puedo respirar bien y siento una molestia constante en el pecho, como si tuviera incrustada una flecha o algo así.

Tomo aire tratando de mejorar la situación de mis pulmones, pero no funciona del todo. No me queda más opción que resignarme y me pongo en marcha junto con Jackie, los fotógrafos nos iluminan con sus cámaras mientras avanzamos hacia el interior y hay otro par de fotógrafos adentro, pero son más tranquilos y sus flashes no me ciegan tanto.

Saludo a un par de personas mientras camino hacia el salón de fiestas, el cual está lleno de personas, y al fin entiendo por qué la clienta quiso cambiar la locación: este hotel es impresionante.

—¡David! —me llaman.

Levanto la mirada y me encuentro a Carlos —el Director del Área Creativa— en una de las mesas, así que me apresuro en ir hacia él.

—Buenas noches a todos —saludo a los presentes en la mesa.

—Buenas noches. —Me contestan a coro y de inmediato analizan a Jackie.

—Oh, ¿quién es tu hermosa acompañante? —pregunta Matías sin preocuparse en fingir para nada su curiosidad.

—Su nombre es Jackie, una...

—Soy su novia —me interrumpe antes de que pueda terminar la oración.

Le lanzo una mirada entre el enojo y la confusión, a lo que ella solo me sonríe. ¿Cómo se le ocurre decir algo así? Ella sabe bien que nuestra relación no tiene nada de serio y no debería haberse presentado de ese modo ante mis colegas.

—Has sentado cabeza, eh. Me alegra mucho por ti, David —asegura Carlos—. Es un placer conocerte, Jackie.

—Igualmente, es un placer conocer a los colegas de mi pareja —responde sonriente y yo no puedo hacer más que apretar los labios para reservarme los comentarios.

Quedan dos lugares disponibles en la mesa y ayudo a que Jackie tome asiento antes de hacerlo también.

—¿Y hace cuánto tiempo que están juntos? —indaga el Director de Arte, aunque no sé qué hace en la mesa junto a los ejecutivos si debería estar con su equipo.

—Hace dos meses —responde Jackie sonriendo encantadora.

Vuelvo a lanzarle una mirada de advertencia, pero me ignora y durante los siguientes minutos se la pasa respondiendo cosas sobre nuestra supuesta relación amorosa. Me siento incómodo en extremo y no creo que pueda ponerse peor.

La chica de los sueños locos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora