CAPÍTULO 3

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Habían pasado dos noches desde lo sucedido, Harry despertó gracias al bullicio y el gran ruido que había en la gran casa. 

Zayn golpeaba la puerta donde estaba encerrado. Levantó la cabeza con mucho esfuerzo, ya que se encontraba muy adolorido, su visión estaba borrosa, sin algo de alimento en su estómago y quizá con alguna costilla rota. Siseó de dolor al tratar de moverse. 

—Zayn… —Habló en un hilo de voz.

El omega golpeó la puerta y le gritó —Harry, ¿me escuchas? Harry, tenemos que salir de aquí, hay problemas y tengo mucho miedo, amigo por favor. —Lloró frustrado.

Harry intentó incorporarse, pero estando tan débil, todo era muy difícil —Zayn… —Su voz casi no se escuchaba.

—Levántate carajo… —Demandó el omega con la frustración calándole por todo el cuerpo, Zayn hablaba desesperado desde afuera, gritando y pateando la puerta. 

Harry apenas y podía hablar, tenía la garganta seca, se encontraba tan débil que apenas y parpadeaba, se tambaleaba de un lado intentando caminar. 

Era mucho ruido afuera, estaba desconcertado, había más golpes y Zayn seguía gritando en el pasillo. Su cabeza dolía.

Logró ponerse de pie luego de caerse un par de veces, sujetó su vientre quejándose de dolor, la preocupación por su amigo ayudó mucho. A pequeños pasos tambaleantes llegó a la puerta. 

—¿Zayn, Zayn, me escuchas? Por favor, responde, Zayn. ¿Qué sucede? ¿Estás bien? —Preguntó intentando girar la perilla. 

El omega ya no respondió, envuelto en la desesperación, le rogó. —No me dejes, ayúdame, por favor. —Golpeaba la puerta gritando con dolor.

—Zayn no me dejes… Por favor, amigo. —Lloró.

Harry entró en pánico y empezó a gritar con lo último que tenía de energía forzando su garganta pidiendo ayuda, no entendía qué pasaba afuera, solo se escuchaba mucho ruido, cosas rompiéndose, y ¿disparos? 

Siguió gritando por ayuda, ahora temía más por el omega que se había convertido en alguien especial para él, que por él mismo. Su garganta dolía, estaba seca, sus manos se lastimaron al golpear pidiendo auxilio.

A lo lejos se escuchaban voces que iban acercándose cada vez más, a donde él se encontraba, siguió rogando por ayuda. 

Un fuerte retumbo sonó por todas partes, e inmediatamente alguien afuera habló pidiendo que se alejara lo más posible de la entrada, a duras penas, consiguió hacerlo, y fue entonces cuando pudo ver cómo la puerta era derrumbada por ¿¡Policías!? 

Eran policías, ¿cómo era eso posible? ¿Qué estaba sucediendo? No comprendía absolutamente nada y la fuerte punzada que martillaba en su cabeza le provocó mareos, se sostuvo en la pared tratando de respirar con tranquilidad. 

Abrió los ojos y tosió con dificultad, su pecho se oprimía cada que intentaba ingresar aire a su sistema. 

Notó a una mujer que se acercaba con mucho cuidado hacia él, era alta y rubia, su presencia, poderío y el leve olor que percibió le hizo saber que se trataba de una alfa. Era difícil mantenerse en pie. 

La alfa lo tomó con mucho cuidado y le habló. —Hola, tranquilo, no temas, todo estará bien, ya estás a salvo. —Sonrió intentando transmitir calma.

Aturdido por la situación, solo escuchó a la alfa dar órdenes de seguir buscando por toda la casa y brindar ayuda a quien lo necesitara. 

Su voz era fuerte y pacifica a la vez. —Avisen al teniente Payne, continúen con la búsqueda, quiero que revisen cada maldito centímetro de este lugar.

CENIZAS (LT) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora