CAPÍTULO 4

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ADVERTENCIA!

En este capítulo se hace mención de abuso sexual (no explícito)
 

 
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Los días pasaron, Harry iba tomando, poco a poco, más confianza con la pareja. Niall se encargaba de él, convirtiéndose en su enfermero personal, ayudándole a curar sus heridas, o poner cremas en los lugares que a él se le dificultaba.

En ocasiones Harry se sintió abrumado por la atención y el cuidado que le brindaba, no estaba acostumbrado a que se preocuparan por él, pero estaba muy agradecido.

De inmediato conectó con Niall, el omega lo trataba con mucho cariño, tenía una gran energía; era muy lindo, comprensivo y sumamente amable.

Al segundo día de llegar al hogar de Lottie y Niall, el omega se quedó acompañándolo para que no se sintiera abrumado con el gran cambio, el omega dijo que le encantaba su cabello, así que Niall fue a buscar algunas cremas y las aplicó sobre su cabello formando pequeños bucles —Eres muy lindo, Harry.

Sonrojado, Harry desvió la mirada, Niall era una persona muy cariñosa, sabia en que preciso momento hablar o ayudarle, apreciaba mucho los detalles que tenía con él.

Niall le contó muchas cosas de su vida para que Harry no se sintiera como un extraño, rápidamente el omega le tomó cariño, parecían amigos desde hace mucho tiempo.

Una tarde le dijo a Harry que tendrían un momento de amigos, preparó algunos implementos y puso una mascarilla para ayudar a su piel. Le obsequió otras cremas y algunos perfumes, pidió comida y vieron una película.

Justo estaban en la sala con el rostro con una crema verdosa, bandanas en su cabeza reteniendo su cabello y en bata. Al principio, Niall supuso que Harry se negaría, pero al verlo interesado en todos los productos sonrió.

Poco a poco, Harry fue recuperándose, las heridas ya casi se encontraban curadas, al menos, las externas. En ocasiones olvidaba todo, Niall se encargaba de distraerlo para que no volviera a los agrios recuerdos y más cuando los tenía en la piel.

Para Harry era difícil verse en un espejo, desde hace mucho tiempo, no lo hacía.

Un día, después de tomar una ducha, limpió el espejo que estaba empañado por el vapor del agua caliente, en ocasiones perdía la noción del tiempo cuando estaba debajo de la lluvia artificial, solo la sentía correr por su piel esperando que todos los toques sucios y heridas se lavaran.

Se vio a sí mismo, pasando su mano por los costados de su cuerpo, de pronto algunos recuerdos llegaron a su mente, mientras tocaba cada cicatriz, cada herida. Cada una de ellas tenía una historia y no eran historias de bonitos recuerdos, como esas cuando te caes de la bicicleta porque tu padre te enseña a usarla, o algún golpe por saltar o un raspón por jugar con amigos.

No, las suyas eran marcas de un inexistente amor fallido, desprecios y humillaciones.

Odiaba sus cicatrices, eran un recuerdo constante de lo sufrido, del dolor y la culpa, es por eso siempre usaba sudaderos holgados para que cubrieran sus brazos, no era lindo saber que las tenía y además verlas cada día.

Niall le decía que todas esas marcas no lo hacían quien era, sino que quien sería a partir de ellas.

Suspiró, con cuidado tomó la pomada para ponerla sobre cada una de ellas, al terminar giró la cabeza para no verse, no era tan valiente. Aún tenía un ojo rojo a causa de los golpes, ha sido difícil que vuelva su estado, pero los cambios se notan.

CENIZAS (LT) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora