Capítulo 3

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Los susurros pronto se convirtieron en voces claras según iba retornando a la conciencia. Sorprendida pego un salto hacia atrás tratando de abarcar con la mirada todo cuanto se encontraba frente a ella.

Cuatro chicas quizás de su misma edad la observaban igual de sorprendidas. Se encontraban sentadas en el suelo sobre una especie de lona rojiza de cuero o un material parecido. Estaban al aire libre sobre la tierra, a su derecha había un bosque y a su izquierda a todo lo largo del camino en el que estaban, una pequeña colina o elevación que impedía ver qué había más allá de esta.

Se dio la vuelta y vio a mas jóvenes sentadas al igual que ella sobre la lona, eran las mismas que había visto con los vestidos en el pueblo deberían de haber alrededor de setenta u ochenta muchachas ahí reunidas. Volvió su rostro de frente a esas cuatro chicas junto a ella.

-¿Quiénes son ustedes? ¿Qué hago aquí? Solo recuerdo que la señora Melton…no sé. Preguntó, se sentía extraña y no lograba comprender qué había sucedido exactamente.

Su cabeza dolía un poco.

-Estamos esperando. Contesto una joven con rostro en forma de corazón y el cutis liso y muy blanco, tenía hecha una trenza en su cabello color caoba y el mismo vestido que las demás.

-Esperando. ¿A qué? Yo no tengo que esperar nada, debo irme ahora mismo o no llegare a tiempo a…

-Temo que eso no será posible. Lamentablemente. Agrego otra de las jóvenes pero esta tenía el rostro bonito y redondeado y su cabello era negro como la noche. Soy Malva por cierto.

-Samantha. Respondió.

-Ellas son Uma y Alba. Señaló a la rubia a su derecha y a la chica del cabello largo frente a ella.

-Y  yo soy Lehia. Contesto alzando la mano la chica que le había respondido primero.

Todas eran muy bonitas pero seguía sin entender qué hacia allí. Su rostro debió reflejar lo que pensaba porque Malva se adelantó a explicarle.

-Nos estamos quedando sin tiempo, unos pocos minutos nos quedan para explicarte todo antes de que comience el Certamen.

-¿Certamen? Preguntó Samantha aún más confundida, a lo que Malva respiro profundo y comenzó a hablar.

-Nuestro pueblo como te habrás dado cuenta es muy extraño y es que mantenemos las costumbres de cientos de años. Los ancianos se reúsan a cambiar o modernizarnos en cualquier aspecto pero lo hacen también con el objetivo de no llamar la atención y mantenernos  alejados del mundo ya que esto significaría que llegaran a descubrir nuestro secreto.

»Más allá del mundo que conoces existen otros mundos paralelos a los que se accede a través de portales mágicos. Hubo un tiempo, hace años atrás, en que nuestro pueblo, cuando comenzó siendo una pequeña comunidad asentada en este lugar, tuvo problemas con los bandidos que se dedicaban a asaltar y saquear este tipo de comunas. También se estaba pasando mucha hambre, los cultivos no daban para abastecer a la pequeña población.

Había que hacer algo, el jefe de la comunidad era alguien que había viajado mucho antes de asentarse en ese lugar y recordó a alguien, un joven que había salvado una vez y le había dicho que algún día iba a necesitar su ayuda y que no dudara en buscarlo porque podría cambiar su vida para bien.

Sin saber a qué se refería el joven exactamente partió un grupo de hombres del pueblo al lugar de encuentro que le había mencionado al jefe, era su única oportunidad para que su pueblo no pereciera por los asaltos y el hambre.

Anduvieron por varios días hasta que encontraron el lugar y para su sorpresa el joven que ya era todo un hombre maduro los estaba esperando. Sabía el motivo de su llegada y prometió ayudarlos pero   también pidió ayuda al mismo tiempo. Les explicó que venía desde otro mundo en el que era el rey de ese lugar y que de donde venía existía la magia.

El Certamen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora