Capitulo 4

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Holaaaaa, solo paso avisar que ando dejando imágenes referenciales en cada capítulo de los personajes de LYKOS.

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Rayner se encontraba sentado a la derecha de Ally, observándola en silencio mientras esperaba que ella le respondiera. Aquella escena le pareció bastante entretenida a Seth, quien había estado observando todo desde su mesa. No comprendía cómo aquella pelirroja había logrado captar la atención de su líder en tan solo un día; eso era algo que no esperaba ver. Después de todo, Rayner solía aburrirse de las personas fácilmente y rara vez era de los que daban el primer movimiento, a menos que supiera de antemano que iba a ganar.

Decidió tomar una fotografía y enviársela a Hazel, quien justo ese día había decidido comer en la casa de la fraternidad. Podía estar seguro que aquella imagen haría más entretenida sus días en la escuela.

— ¿Por qué sonríes tanto?  — un chasquido de dedos captó la atención de Seth y recordó que estaba comiendo con Nathan, su primo. — Deja de meterte en problemas, no tienes más vidas que un gato.

— Esta vez no seré yo el que cause problemas — dijo sonriente.

— No sé por qué eso suena escalofriante — respondió el castaño, con gesto de preocupación.

— Tranquilo, Nate, solo seremos espectadores — Seth aseguró, pero por alguna razón la sonrisa maliciosa en su rostro decía lo contrario.

Ally salió apresurada de la cafetería por el pasillo rojo como si estuviera huyendo, y Rayner solo la vio irse. Luego se levantó de la mesa para volver a lado de sus amigos. Seth observó todo, pero no podía imaginar de qué podían estar hablando esos dos, así que solo esperó sonriente a que su amigo se sentara para intentar interrogarlo.

— ¿Aun no terminan de comer? Debemos ir a patrullar por el campus— Rayner mencionó algo enojado, pero no exactamente enojado con ellos, sino con alguien más.

— Apenas te fuiste quince minutos, déjanos digerir la comida, no somos aves — Nathan le contestó confundido por la actitud de su amigo.

— Hagan lo que quieran, iré al salón del consejo a terminar el trabajo pendiente.

— ¿Sabes que es el primer día? Dudo que tengamos trabajo pendiente, ni siquiera los clubes han iniciado actividades.

— Él tiene razón, mejor siéntate y relájate un poco, amigo, nadie va a ocasionar un desastre si comes— Seth agarró del brazo a Rayner y lo hizo sentarse.

— No tengo hambre.

— ¿Por qué? ¿Acaso alguien te puso de mal humor, quizás una pequeña pelirroja de carácter fuerte?  — mencionó divertido Seth.

— No es de tu incumbencia —dijo Rayner, cortante.

— Si es un problema para el consejo, definitivamente es de mi incumbencia — le respondió Seth, curioso.

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