¿Qué tienen en común la escuela y el bosque? Que no estás a salvo en ninguno de los dos. Siempre habrá algo acechando en la oscuridad, esperando para atacarte cuando menos te lo esperes. Esto es especialmente cierto en las escuelas más aisladas, don...
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Las calles nocturnas de Italia brillaban aquella noche de verano. La gente recorría los clubes como si fuera un deporte olímpico y reían por la ingesta descomunal de alcohol. Era una noche más para todos, pero era la primera para aquella pelirroja que intentaba lucir prolija con aquel vestido de satín negro de mangas largas, ligeramente ceñido a su cuerpo, que le había prestado Hazel con amenazas, pues temía que lo dañara. Llevaba el cabello completamente recogido en un moño que luchaba por contener sus rizos.
La subasta había comenzado sin inconvenientes, los invitados conversaban amenamente entre ellos mientras disfrutaban del catering. La gran mayoría parecía conocerse, pues los presentes eran exalumnos, familiares y accionistas del internado Benedickt Lykos. Estas personas no tenían limite a la hora de ofrecer dinero por los objetos, mostrando así a los demás el poder adquisitivo que poseían. Después de todo, estas reuniones eran solo un medio para sentirse superiores a otros.
Allyson observaba incómoda la vida ostentosa del mundo donde ahora pertenecía. Se repetía constantemente que jamás debía acostumbrarse a esa vida que tanto asco le daba.
— Te molesta todo esto, ¿no es así? — dijo una voz gruesa.
— Ah... Evan— respondió Allyson, sorprendida al reconocer a su nuevo compañero de fraternidad—. Solo a ustedes no les puede molestar.
— Me pasó lo mismo la primera vez. Era como si fuera una pequeña ave en un nido de criaturas salvajes, todos atacándose entren si con tal de liderar. Dan un poco de miedo si lo piensas bien —dijo Evan, serio.
— Tus amigos también son de ese mundo.
— Es verdad, pero son buenas personas. Solo deben lidiar con las expectativas de sus familias— comentó Evan mientras observa a Rayner y Seth, que se encontraban rodeado de personas como si fueran el centro de atención.
— ¿Y tú? — preguntó Allyson, curiosa.
— Pues yo... soy becado. Ni con un OnlyFans podría pagar la colegiatura del internado— dijo riendo.
Aquella respuesta tomó desprevenida a la pelirroja, que estalló en risas mientras observaba a Evan. Él, al verla, no pudo evitar contagiarse del repentino ataque de risa.
Esta escena llamó la atención de algunas personas, que los miraban fastidiados por los escandalosos que eran. Sin embargo, un par de ojos negros parecían estar cautivados por la sonrisa sincera de Allyson, pues era muy raro ver tanta autenticidad en una persona en su mundo de falsedades.
— Rayner, ¿estás bien? —preguntó una chica de larga cabellera negra, curiosa por la expresión en el rostro de él—. Pareces feliz...
— Uhmm... ¿Qué? — la miró sorprendido—. No es nada, estoy bien.
— Si tú lo dices— respondió ella, y luego recibió una copa de champán.
— Eso me lo quedo yo— dijo Seth mientras le quitaba la copa a la chica—. Te dije que te comportaras, Shana.