¿Qué tienen en común la escuela y el bosque? Que no estás a salvo en ninguno de los dos. Siempre habrá algo acechando en la oscuridad, esperando para atacarte cuando menos te lo esperes. Esto es especialmente cierto en las escuelas más aisladas, don...
pdt: recomiendo escuchar la canción casi al final.
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Al abrir los ojos, lo primero que vio Allyson fue el techo blanco humo de la enfermería, este intensificaba la luminosidad de la lámpara de araña y le provocaba dolor en los ojos. Se quejó, despertando a Emma, que se había quedado dormida esperando que su amiga se recuperara.
— Ally, ¿has despertado? — preguntó Emma, mirándola preocupada—. ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? Voy a buscar a la enfermera.
— Emm, tranquila, habla más despacio— respondió Allyson mientras parpadeaba varias veces, intentando adaptar sus ojos a la luz. —. ¿Qué pasó? ¿Dónde estamos?
— ¿No lo recuerdas? Estabas desmayada en el bosque, y...— los ojos de Emma se llenaron de lágrimas mientras buscaba las palabras adecuadas—. Había sangre, yo..., fue horrible.
— ¿Desmayada? — cuestionó Allyson—. No recuerdo nada...
Allyson observó el gotero del suero conectado a su brazo, del cual se iban colando unas gotas de sangre. Aquel rojo intenso le trajo fragmento de memorias perdidas: Se vio así misma intentando retener el aliento mientras corría aterrada, estaba en el suelo cubierto de nieve mientras su sangre brotaba de su cabeza, y luego todo se volvía oscuro.
— Te estaba esperando— mencionó Allyson finalmente, mientras seguía observando el goteo del suero—. Estaba detrás de la residencia y los vi salir. A ustedes. Estoy segura, había un grupo de personas con túnicas... Ellos te tenían. Quise ir a ayudar, pero...— volteo a ver a Emma—. Me atacó por detrás. Lucia como ellos, con una túnica y esa máscara con esa horrible sonrisa. Me puso algo en la cara, formol quizás, pero no logró que perdiera la conciencia por completo. Peleé con él cuando intentó llevarme. Corrí hasta que me golpeó— Allyson se percató de que estaba llorando. Su cuerpo había reaccionado al miedo que le causo recordar ese suceso.
— ¡Oh, Ally, lo siento tanto! —Emma la abrazo, también llorando—. No puedo imaginar lo que viviste.
— Estoy bien, Emma, ya pasó — susurró Ally, intentado consolar a su amiga—. Ya estoy bien.
— Debería ser yo la que te consuele, no tú— replicó Emma.
— ¿Quizás para el próximo atentado? —Ally intentó bromear, pero el dolor de cabeza no se lo permitió.
— ¡Ally! —Emma se quejó.
Ambas comenzaron a reír, lo que las ayudo a calmarse.
— Hay algo que no entiendo— habló Emma—. Él que te atacó, ¿por qué lucía como los de la fraternidad Lykos?
— Eso mismo me pregunto yo— respondió Allyson.
— ¿Acaso ellos...? No, ¿por qué lo harían? No tiene sentido, ¿verdad?
