AMELIA

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En la capital de Berlín, Amelia paseaba por las calles adoquinadas, sumida en sus pensamientos. La brisa fría de la noche hacía danzar su cabello oscuro mientras se preguntaba como la estarian pasando sus hermanos. Había pasado un año desde la última vez que supo algo de ellos, y la incertidumbre la atormentaba.

De repente, un temblor sacudió la ciudad, interrumpiendo sus pensamientos. No era el primero que experimentaba; ya habían ocurrido dos anteriores, pero este parecía más intenso. Antes de que pudiera reaccionar, la tierra tembló de nuevo y un estruendo resonó por las calles. Una banda de delincuentes dirigida por un líder cruel emergió de las sombras y comenzó a sembrar el caos y la destrucción.

—Maldita sea —exclamó Max, el líder de la banda, con una sonrisa retorcida—. Me equivoqué de lugar. Tal vez debería irme a otro sitio... Aunque tal vez pueda divertirme un poco.

Amelia observó horrorizada cómo los delincuentes atacaban a los indefensos ciudadanos, destrozando edificios y causando estragos por doquier. No podía quedarse de brazos cruzados mientras la ciudad estaba siendo atacada. Decidida a proteger a los inocentes, se armó de valor y se enfrentó a Max y sus secuaces.

—¿Qué crees que estás haciendo? —le espetó a Max, tratando de mantener la calma a pesar de la adrenalina que corría por sus venas—. Estás destruyendo gran parte del patrimonio cultural de este lugar. ¡Ya basta!

Max la miró con desprecio, ignorando sus palabras de advertencia.

—En serio crees que te haré caso, niña mimada? —se burló, con una mueca de desdén—. ¿Por qué no mejor te vas a hacer cosas de ricos y nos dejas en paz, p***a?

—¡AH!, ¡ME DIJISTE P***A?!—Las palabras de Max la hirieron profundamente, pero Amelia no iba a permitir que eso la hiriera. Estaba decidida a detener el ataque y proteger a los inocentes, incluso si eso significaba enfrentarse a un enemigo más poderoso que ella.

—Parece que no entiendes con palabras —respondió Amelia, con desafío en su voz—. Tal vez sea hora de que lo aprendas de otra manera.

Sin esperar más, se lanzó al combate. La batalla fue feroz, con Amelia luchando valientemente contra los delincuentes de Max. A pesar de la superioridad numérica de sus enemigos, no retrocedió ni un paso, defendiendo a los ciudadanos con todas sus fuerzas.

Mientras tanto, Max observaba con furia la tenacidad de su oponente. No esperaba encontrar tanta resistencia, y eso lo enfurecía aún más. Sin embargo, estaba decidido a acabar con Amelia y cumplir con su misión, sin importar el costo.

La lucha se intensificó con cada momento que pasaba, con Amelia y Max enfrentándose en un duelo de habilidad y determinación. A pesar de estar exhausta, Amelia se negaba a rendirse, sabiendo que la vida de muchos estaba en juego.

Finalmente, después de una ardua batalla, Amelia logró derrotar a Max y sus secuaces, poniendo fin al ataque y protegiendo a la ciudad de una devastación mayor. Sin embargo, su victoria fue agridulce, ya que sabía que la amenaza de Sumbur aún persistía y que debía encontrar a sus hermanos antes de que fuera demasiado tarde. Con el corazón lleno de determinación, se preparó para emprender un viaje en busca de sus hermanos y enfrentar a su enemigo una vez más.

BUTCHERMANS: ACTO 1 #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora