EL FIN DE NUESTRA LIBERTAD 3/3

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En medio de la batalla, un portal brillante apareció en una parte de la mansión. De él emergió Sumbur, su presencia imponente y oscura. Rosy, al verlo, frunció el ceño y se adelantó, con una mezcla de curiosidad y precaución.

—¿Quién eres tú? —preguntó Rosy, su voz firme aunque con un matiz de incertidumbre.

—Soy alguien que ha sido enviado por el rey de los arcángeles para limpiar sus errores —respondió Sumbur, su tono frío y autoritario.

Rosy parpadeó, sorprendida. Sabía de los arcángeles y de sus promesas de ayuda, pero esto era inesperado.

—¿Limpiar sus errores? —dijo Rosy, confundida—. Pensé que los arcángeles estaban aquí para ayudarnos, no para enviarte a... acabar con los hermanos.

—El rey ha decidido que los errores deben ser corregidos, y eso incluye a los hermanos. —Sumbur se adelantó, su mirada fija en Rosy—. Ahora, apártate.

Rosy apretó los puños, decidida a no dejar que Sumbur cumpliera su misión.

—No dejaré que les hagas daño. —Rosy se lanzó a atacarlo, pero Sumbur, con una fuerza y velocidad impresionantes, la desvió fácilmente.

Antes de que pudiera reaccionar, Sumbur la golpeó, dejándola en el suelo. Rosy, herida pero no derrotada, usó su portal portátil para huir en el último segundo.

La mansión se convirtió en un campo de batalla, con los demás integrantes del Team Chaos uniéndose a la pelea para detener a Sumbur.

Cocoa, Rock y los demás hijos, al ver a sus padres en peligro, también intentaron atacar a Sumbur. Pero Sumbur, más poderoso que antes, logró derrotar a todos fácilmente. Rock intentó golpearlo una vez más, pero Sumbur, con un ataque de energía maligna, destruyó gran parte de la mansión sin esfuerzo.

Antes de que Sumbur partiera hacia la ciudad, tuvo una conversación con Aries. Este le entregó unos guantes especiales.

—Estos guantes incrementarán tu poder de forma abrumadora. —dijo Aries—. Pero recuerda, el poder está controlado por mí para evitar cualquier inconveniente.

Sumbur asintió, sabiendo que su misión requeriría toda la fuerza posible. Con los guantes puestos, se sintió invencible, listo para enfrentar cualquier desafío que se le presentara.

Mientras Leo y Angel luchaban, vieron a Sumbur acercarse a ellos. En un instante, Sumbur llegó hasta ellos y los golpeó con tal fuerza que los dejó fuera de combate. Sumbur entonces se acercó a Angel y lo levantó por el cuello.

—Ustedes son monstruos que deben ser eliminados. —dijo Sumbur, su voz llena de desprecio—. Fueron un error del rey Aries.

Angel, confundido y asustado, trató de hablar con él.

—No... no entendemos. ¿Por qué...?

Pero antes de que Sumbur pudiera darle el golpe final a Angel, Skyler apareció. Con un movimiento rápido y letal, Sumbur se lanzo hacia el y atravesó el corazón de Skyler, extrayendo el parásito que llevaba dentro. El guante de Sumbur almacenó rápidamente el parásito para llevarlo al reino.

Skyler cayó al suelo, su vida desvaneciéndose.

Angel cayó de rodillas junto a su hermano, el dolor y la desesperación llenando su rostro.

—¡Skyler, no... por favor, no te vayas! —gritó Angel, las lágrimas cayendo por sus mejillas.

Skyler, con su último aliento, miró a Angel y trató de sonreír.

—Hermano... siempre... te cuidaré... desde donde esté... —susurró Skyler antes de exhalar por última vez.

Angel sostuvo el cuerpo sin vida de su hermano, su corazón roto en mil pedazos. La batalla continuaba a su alrededor, pero para Angel, el mundo se había detenido. La pérdida de Skyler era un golpe demasiado duro, una herida que nunca sanaría.

BUTCHERMANS: ACTO 1 #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora