¿UNA NIÑERA?, MEJOR MATENME

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Después de lo sucedido, Rosy llamó a los hermanos a salir al patio. Obedecieron, mientras ella se quedó hablando con sus superiores sobre las misiones que les asignarían.

—Qué asco, otra vez tenemos que estar aquí, y lo peor es que tenemos que estar con esa bruja —dijo Angel.

—Al menos ella no es tan mala como los otros —respondió Amelia—. Además, es nuestra amiga. Seguro nos escuchará.

—No lo sé. No creo que nos deje irnos de aquí. Así que, posiblemente, no volvamos a ver a Sonia y los demás.

Durante la conversación, Rosy apareció con una mirada de alegría y preocupación.

—Chicos, sé que esto no lo dije antes, pero de otra manera habrían escapado de nuevo. Ya saben que no podemos permitir eso. Pero les tengo una buena noticia. Hablé con mis superiores y...

—¿Nos pueden matar de una vez? Prefiero eso a seguir con ustedes, y más contigo —interrumpió Angel.

—No, estúpido. Agh, ya me quitaste los ánimos. Quería decirles que no hay ningún problema en que se vayan, siempre y cuando yo esté con ustedes.

—Lo que nos faltaba, una niñera —respondió Angel con sarcasmo.

—¿Eso significa que podemos regresar donde Sonia? —preguntó Skyler emocionado.

—Pues claro. Si quieren, vamos ahora mismo. Sé que quieren quedarse ahí, así que hago mi maleta y nos vamos, ¿va?

Todos, excepto Angel, se mostraron muy contentos. Sin perder tiempo, se prepararon para regresar con su amiga.

A la mañana siguiente, Sonia se estaba lavando los dientes cuando notó por la ventana un portal abriéndose. Inmediatamente, se vistió rápido y salió afuera. Al llegar, se encontró con Rosy, quien la saludó cordialmente. Detrás de Rosy, los hermanos Skyler, Leo y Amelia también llegaban. Sonia corrió a abrazar a Skyler con fuerza.

—Me alegra que estés aquí —le dijo Sonia.

En ese momento, Rosy, Leo y Amelia se unieron al abrazo grupal, mientras Angel observaba desde la distancia, cargando las pertenencias de todos y dirigiéndose a las habitaciones donde solían quedarse.

—¿Ya desayunaron? —preguntó Sonia—. Tenemos comida de alta calidad, si quieren pueden degustar.

—Gracias, ya me moría por comer —dijo Amelia.

—Claro, por eso estás subidita de peso —bromeó Leo mientras huía por su vida.

—¡No estoy gorda, enano! —gritó Amelia mientras lo perseguía.

—Seguro se llevarán muy bien aquí —comentó Sonia—. Se llevan muy bien desde que llegaron. Además, ayer íbamos a empezar con entrenamientos más avanzados para ellos.

—¿Cómo? —preguntó Rosy.

—Con nuestros padres. Ellos iban a enfrentarse a ellos porque mis amigos fueron derrotados muy fácilmente. Por cierto, ¿por qué tienen esos collares tan extraños?

—Es una larga historia —respondió Rosy.

Mientras entraban a la mansión, Angel acomodaba rápidamente las cosas y se acostaba en la cama, pensando por un momento. En eso, Cocoa entró a la habitación.

—Ah, perdón. No creí que estarías aquí. Solo vine por unas sábanas que había por aquí.

—Descuida —respondió Angel—. Toma las mías, no las necesito.

—Oh, está bien. ¿Aunque no vas a sentir frío?

—Para nada.

—Mmm, mejor tomo unas que están en el armario.

Cocoa fue hacia el armario, pero luego recordó algo y, tomando valentía, dijo:

—Oye, de tus hermanos, ¿eres el más fuerte?

—Sí, ¿por qué?

—Es que quería saber si... ¿me podías enseñar cómo ser tan fuerte como tú?



BUTCHERMANS: ACTO 1 #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora