☆𝖢𝖺𝗉𝗂́𝗍𝗎𝗅𝗈 𝟣𝟣☆

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  No, las cosas no iban bien

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  No, las cosas no iban bien. William buscaba a sus hijos con desesperación incluso llegó a denunciar su desaparición o al menos la de Evan y Elizabeth eso lo supe gracias a que en la escuela William fue a interrogar a los chicos y tuve la suerte de no ser interrogada o eso creía hasta que hoy estaba sentado en el sillón de mi propia casa con las manos en mis piernas y la mirada baja.

—Si sabes algo de Michael y de sus hermanos tienes que decirlo ____ —insistió mi tía agarrandome del hombro—. No vez que William esta muy preocupado.

  Apretaba mis manos haciendo unas cuantas arrugas al dobladillo de mi falda pensando en que decir y tratando de ocultar el miedo que sentía hasta que hable.

—Desearía saber dónde están pero desde que Michael me término no tengo idea de su paradero —respondi con normalidad y me moje los labios—. Con razón se me hacía raro no verlo en la escuela, llegue a mirar hacia la primaria y tampoco veía a Evan ni a Elizabeth.

—¿Estas segura ____? —pregunto mi tía— Lo que Michael hizo se llama sustracción de menores y aunque sean sus hermanos es un delito y también el ser cómplices —argumentó mirándome con seriedad.

—Lo se —hable haciendo una pausa—. No soy tonta como para no saber lo que hizo pero si supiera algo ya lo hubiera dicho. 

—Esta bien ____ y lamentó de corazón lo que te hizo mi hijo yo jamás espere que fuera capaz de apostar el amor de una chica —dijo fingiendo decepcion y también tristeza por sus hijos desaparecidos—. Ojalá puedas sanar la herida que el irresponsable de mi hijo te dejo —apoyo su mano en mi hombro dando una suave palmada.

  Este hombre de verdad que era un experto en mentir y fingir dolor. El enojo hacia el era muy grande y todo me lo tuve que tragar en ese momento. Por supuesto que mi tía estaba fascinada con el y estaba tan conmovida por el dolor de perder a sus hijos.

—Cuenta conmigo para lo que se te ofrezca, si por estar buscando a tus hijos no puedes atender tu casa solo llamame y te ayudó a hacer la limpieza y también te hago un poco de comida.

  «de tal palo tal astilla, ahora entiendo porque Victoria es una ofrecida»

  Pensé después de ver cómo mi tía se ofrecía a limpiar un a cocinar para el. William no protestó al contrario aceptó su ayuda y ella se puso muy feliz. Era increíble ver cómo estaba dispuesta a atender otra casa mientras yo me sentía como la sirvienta de esta casa.

—Hasta luego ____ —se despidió William dándose la vuelta y mi tía cerro la puerta.

  Cuando se fue y mi tía cerro la puerta deje escapar un suspiro de alivio. Mi tía camino a la cocina para terminar de preparar la comida.
  Me había levantado y camine hasta las escaleras subiendo hasta mi habitación que para mí sorpresa Victoria estaba en mi cama agarrando un osito que Mike me había dado.

𝖧𝖺𝗌𝗍a El Ultimo De Mis Días ᴹᶦᶜʰᵃᵉˡ ᴬᶠᵗᵒⁿ ˣ ᴸᵉᶜᵗᵒʳᵃ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora