Había despertado, en una de las tantas habitaciones reales que había en el palacio, las paredes color crema, con resaltados de oro, y muebles de la mas fina madera, y la cama, con sabanas de seda, tan suaves que era imposible no querer estar acostado todo el día, eso en su juventud, actualmente, estar sobre esa cama sin poder moverse por el dolor, era una maldita tortura.
Podía sentir el dolor apoderarse de su cuerpo, con el simple hecho de respirar, estaba seguro de tener varias costillas rotas, y muchas heridas mas, no solo físicas, también emocionales, había intentado moverse, aunque fuera solo un poco, pero no pudo, dejando salir un quejido de dolor, nadie acudió, no sabia si eso era bueno, o algo malo, solo esperaba no tener que volver a ver a ninguno de esos hombres
La inconsciencia lo embarco varias veces, al despertar los vendajes eran nuevos, o algunas curanderas lo estaban tratando, dándole brebajes para disminuir el dolor, y ungüentos para eliminar todas las marcas que había en su pálida piel.
Finalmente, después de muchos días, quizás semanas podía permanecer consiente mas de cinco minutos.
Afuera, podía ver el paisaje, sin poder distinguir la estación del año presente, las curanderas lo visitaban de vez en cuando, solo viendo su recuperación, las cuales nunca respondían a ninguna de sus preguntas, por lo cual, se las guardo para si mismo.
Había intentado muchas veces ponerse de pie, hasta que al fin lo había logrado, estaba de pie, frente al gran ventanal, había tratado de salir de aquella habitación que actualmente era su prisión, pero las puertas estaban bloqueadas por sellos mágicos, los cuales serían sencillos de romper, claro, si tuviera su magia funcionando, y no bloqueada por runas. Y su única opción era saltar por aquel ventanal, aunque de hacerlo, no habrían posibilidades de sobrevivir a la caída; ese era su debate interno, seguir con su infierno, o acabar con su vida de una vez por todas.
La puerta finalmente se abrió, dejando ver al nuevo rey de Asgard, con su reluciente armadura. De inmediato, el azabache se puso en defensiva, usando los pocos libros que había en la habitación como escudo, no tenia nada, absolutamente nada que pudiera usar como arma.
- me dijeron que estabas bien, al fin, ¿cómo te sientes?
-vete de aquí
-no debes de tratar así a tu rey
-para mi no eres nada- contesto un furioso dios de las mentiras, provocando la furia del otro dios, quien se abalanzo hasta el menor tomándolo con fuerza y haciéndolo chocar contra el frió mármol de las paredes, sacando un quejido de dolor del pelinegro.
- retractate de tus palabras, ahora que soy misericordioso contigo
-¡NUNCA!
Un golpe resonó por la habitación, sangre caía por la barbilla de piel nivea, sin importar manchar sus propias vestiduras escupió contra el rubio.
- ¡aprenderás a respetarme!, debes de obedecer ante tu rey, y ante tu futuro esposo
- primero me aviento al vacío, antes de hacer caso a tus palabras idiota
El mayor levanto el flacucho cuerpo hasta dejarlo sobre la cama, dejándolo debajo de el, mientras comenzaba a restregarse y a besar la pálida piel, dejando marcas visibles. Los sollozos comenzaron cuando la ropa comenzó a quedar regada sobre el suelo.
- ¡déjame!, por favor
- dime que me amas, y te soltare
- no, por favor, déjame.
La mirada predadora azul, choco contra las vidriosas esmeraldas, ejerciendo aun mas presión en el escuálido brazo del menor.
-¡dímelo!
- suéltame ¡ya!
-¡DÍMELO!
- me estas lastimando
-¡DILO!
crack
Un grito resonó por la habitación, y las lagrimas recorrieron la blanca piel, llevándose consigo el rastro de sangre de su mentón.
La extremidad estaba seccionada en dos partes, estaba roto su pobre brazo, con la fuerza de un dios aprisionando aquella extremidad, fue suficiente para romperla, no habría sido así, si su magia, estuviera recorriendo su cuerpo, dándole aquella fuerza de un dios, y no la simple fuerza de un midgardiano.
Dejó al azabache para ir por los curanderos, quienes de inmediato llegaron ante el llamado de su autoridad, revisando la extremidad, corroborando lo que ya se sabía que había ocurrido.
Nuevamente le llevaron a la sala de sanación, donde se quedó varios días, mientras se recuperaba lentamente, como un simple humano, y no como un dios.
- ¿Cómo estas? - pregunto el rubio al entrar al cuarto de sanación, sin recibir una respuesta por parte del azabache.
- ¿te sientes mejor?
-regresame a mi celda
- una celda no es digna de tener a un príncipe de Asgard
- entonces quitame ese título, y regresame a mi celda
- ¿por que no quieres aceptar tu destino?, querías un trono, yo te lo daré
-¡nunca quise un trono! ¡Solo quería ser importante para los demás!, solo quería que tuvieran en cuenta que yo también existía - dijo, mientras su voz se hacía más débil, y sus ojos amenazaban con llorar nuevamente
- serás importante, y todos te van a vanagloriar, cuándo estés a mi lado, gobernando nuestro planeta
- no quiero
- no tienes otra opción - dijo, para plantar un beso sobre los fríos labios y marcharse nuevamente.
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Perdón por no actualizar, estaba muy ocupada con la escuela. Y media triste por unas cosillas, pero el sentimentalismo ya quedo atrás, y unas indirectas son buenas para tener ánimos.
Además, me disloque un dedo :(
Pero no se preocupen, ya actualizaré seguido, y ya se vendrá lo bueno.Hasta pronto 😉
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Escape - PAUSADA / CASI CANCELADA
FanfictionThor se ha convertido en rey, y desea a Loki, no importa quien se interponga en su camino, lo va a lograr, incluso si eso significa que el mismo azabache no lo quiera. Pero Loki no es de nadie, y el encontrara venganza.