Un héroe entre demonios [2° Temporada]

La Piedad vs La Verdad

El caos ha llegado al reino de Liones. Sí, otra vez. Sin embargo, esta vez es mucho más destructivo de lo que cualquiera podría haber imaginado. Los 10 Mandamientos han conquistado casi toda Britania y solo les queda por someter a la resistencia de los Pecados Capitales. Parecía que la victoria para los demonios sería muy sencilla , pero dos seres de gran poder se presentaron para acabar con los seres más fuertes de la raza de la oscuridad.

En las puertas del castillo casi destruido, el Pecado del Orgullo, Lord Escanor, se enfrenta al Mandamiento del Amor, Estarossa. Mientras tanto, el líder demoníaco, Zeldris de la Piedad, libra un enfrentamiento con el ahora Mandamiento de la Verdad, Izuku, quien anteriormente era un miembro activo de los Pecados Capitales.

Hablando precisamente del segundo combate, los dos demonios estaban viéndose mientras mantenían la guardia, esperando a un posible ataque de su rival. Pese a no percibir magia, Zeldris no estaba confiado al ver la habilidad de Izuku, por lo que debía acabar con un ataque poderoso y rápido. Solo así evitaría demasiados problemas y recuperaría el Mandamiento de la Verdad.

Lentamente, el demonio agarró la empuñadura de su espada. Entonces, a una velocidad vertiginosa, Zeldris se colocó a centímetros de distancia del peliverde. Sin más tardar, realizó un corte horizontal, intentando partir en dos al chico. No obstante, al terminar su ataque, el antiguo humano no estaba delante suya. Buscó a su lado derecho por si estaba ahí. Sin embargo, al girarse pudo ver de reojo un rayo verdoso.

Cuando se dio cuenta, Izuku estaba detrás suya y preparándose para atacarlo. Evaluando lo más rápido que podía, lo más seguro era intentar esquivar el ataque, pero si lo intentaba volver a atacar, podría sorprenderlo. Sin embargo, al acabar su ataque se detuvo en seco, siendo lo segundo más inviable. No tuvo más opción que esquivar el ataque, dando un gran salto, mientras Izuku terminaba por golpear el suelo, creando un gran cráter debido a la fuerza impuesta, levantando una gran nube de polvo.

El demonio se preparaba para atacar a destajo, ya que no podía detectar a Izuku, pero de la nube polvorienta surgieron varios látigos negros que iban directamente al demonio.

Zeldris: No detecto magia en eso tampoco, maldición.

Los látigos se acercaban a gran velocidad, así que Zeldris intentó acabar con esa técnica mediante su espada. No obstante, en vez de cortarlo, lo que sucedió fue que la rodearon por completo, sorprendiéndolo por un momento.

Tras eso, los látigos se tensaron y comenzaron a adentrarse en la nube. Al menos era así hasta que Zeldris supuso que le querían quitar su arma, ofreciendo resistencia. Pese a eso, se sorprendió de la fuerza aplicada, pues era muy parecida a la suya, teniendo que usar sus dos brazos para mantener la espada en su poder y sus alas oscuras para tirar.

Zeldris: ¿CÓMO ES TAN FUERTE? NI SIQUIERA MELIODAS ERA TAN FUERTE SIN MAGIA.

El demonio no se detenía en ofrecer resistencia, hasta que los látigos se soltaron un poco, dándole la oportunidad de soltarse del todo. Sin embargo, se tensaron de nuevo y dieron un tirón más fuerte que antes, acercando a Zeldris al suelo, mientras que Izuku, portador de los látigos negros del OFA, salía impulsado hacia su enemigo.

Izuku: ¡ESTO ES POR LA GENTE DE VANYA! ¡LONDON SMASH!

Dicho esto, el chico se acercó a una velocidad inhumana, golpeando en el abdomen de Zeldris una doble patada, cortándole la respiración por unos segundos. El demonio salía disparado, mientras que el peliverde tenía en su poder la espada. Mientras se mantenía a flote deshizo los látigos. Se quedó mirando la espada unos segundos y la hizo pedazos.

Izuku: Sin esto será más sencillo.

Al alzar la mirada pudo ver como Zeldris estaba otra vez a centímetros de él con gran seriedad, sorprendiendo al chico, pues creía haberle echado del reino con cierta facilidad. El demonio no se contuvo para nada luego del ataque recibido, dándole un derechazo en el rostro de Izuku. A continuación, le siguió a gran velocidad y de una patada giratoria le tiró al suelo con gran violencia, llegando el peliverde a quedar unos centímetros suspendido en el aire.