Un héroe entre demonios [2° Temporada]

Los Pecados vs Los Mandamientos, Round 2 Parte 2

La situación para el Pecado de la Avaricia y sus aliados no era de las mejores. Tristemente, había parecido es que su alma había sido expulsada de su cuerpo y fue tratada como comida por el Mandamiento de la Verdad, Galand. Mientras, Elaine parecía que ya estaba de nuevo en la tierra de los muertos y Jericho estaba con su caja torácica rota. Pese a que la victoria de los Mandamientos era más que obvia, Meláscula de la Fe estaba muy molesta con su camarada por lo que había hecho.

Meláscula: Maldito vejestorio, esa alma me pertenecía a mí, yo fui quién lo venció.

Galand: Si no fuera porque te distrajiste con la humana pues habrías podido consumirla. Además, yo peleé todo el tiempo con el mientras que tú tan solo estuviste observando y comentando nuestra batalla.

Meláscula: Porque ese era mi plan idiota, desestabilizarlo mentalmente para atraparlo y poder sacar su alma. Tú al pensar en solo pelear contra él, ¿no se te ocurrió pensar que no podrías matar en una batalla a un ser inmortal?

Galand: Bueno, da igual lo que digas, él ya no podrá hacernos nada y yo conseguí alimento. Todos ganamos. Ahora vayámonos a seguir con los siguientes aldeas. Si todo va según el plan, nos encontraremos con Derieri y Monspiet en 4 días.

Mientras ellos discutían Jericho estaba volviendo a la zona de combate, viendo a una Elaine inmóvil y sin vida y a pocos metros, estando de pie, un Ban incapaz de sentir nada. Fue corriendo para ver la situación de Ban, hasta que le vio por completo. Parecía un ser sin vida, una estatua hecha de carne y hueso. 

Jericho: Ban, Ban, ¿estás ahí? . . . BAN ... BAAAAAN ... ... No ... no es verdad, no es cierto, BAAAN. BAAAAaa-aaaa-aaa-an  ...  noooo-ooo-o-ooo. 

La tristeza en Jericho afloró con gran intensidad, llorando por la pérdida de alguien tan importante. Ban había sido el único que la  trato de igual a igual, el único que la entendía, la única persona en el mundo que la ayudaba de verdad. Las lágrimas no tardaron en salir, pero no quiso quedarse como una damisela en apuros. Se dio media vuelta, viendo a los dos demonios discutir por el alma del Pecado, agarró su espada y fue acercándose a ellos poco a poco con una gran ira y tristeza.

Jericho: Ustedes, seres despreciables, me lo arrebataron todo. Casi mato a mi propio hermano por seguir a los demonios y ahora me quitan a Ban.

Mientras decía esto un aura helada comenzó a rodear a la chica, congelando el pasto que pisaba, su espada desprendía un vapor gélido e incluso sus lágrimas se congelaron y se deshicieron. Pese a ello los demonios seguían impasibles a lo que estaba sucediendo.

Jericho: Jamás  ... jamás perdonaré a los demonios ... Ban ... te juro por mi vida ... QUE TE VENGARÉ.

Dicho esto desenvainó la espada por completo y fue corriendo hacia los demonios. Éstos ni se enteraron de su presencia debido a su agitada discusión, siendo fatal en ese momento.

Jericho: MIL CORTES DE LUNA.

A continuación, la chica hizo una gran cantidad de cortes con su espada justo enfrente de los dos demonios. Sin magia no serviría de nada, pues no les tocaba, pero ahora unas ondas gélidas acompañaban los ataques de Jericho, llegando a cortar a los demonios lo suficiente para sangrar un poco y retroceder. Éstos iban a responder, pero de la nada una magia púrpura les llegó y les arrebató un corazón a cada uno de ellos.

Galand: ¿Qué está pasando?

Meláscula: No puede ser, nuestros corazones. ¿Quién ha sido?

Una figura saltó encima de los tres y destrozó los corazones demoníacos, causándoles gran dolor y llegando a sangrar también por sus bocas. Tras aterrizar en el suelo, este ser fue rápidamente a donde estaban y agarró tanto a Jericho, como a Elaine, para salir corriendo de allí. La chica no había podido ver quién fue el culpable de esa huida, e iba a recriminarle, hasta que vio el rostro de quién la sacó de allí.