Capítulo 49

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Me encuentro en la sala de espera del hospital con Jesús y Daniel. Que ¿qué paso con Silvia? Pues nada. Vereis, yo iba de camino a su habitación pero me llamaron del hospital diciéndome que Marta había despertado. Rápidamente avisé a Daniel y Jesús y fuimos al hospital.

-Dc: Solo puede entrar uno.

-Jesús: Iré yo.

-Yo: Jesús, tu estás mal de la cabeza. Nadie le ha explicado nada. Y en cuanto entres lo único que puede pasar es que la de otro espasmo. Asique voy yo, se lo explico y entras tú ¿Entendido?

-Jesús: Vale mami

Yo le saqué el dedo corazón y caminé junto al medico a la habitación. En cuanto entré me lancé a abrazarla

-Yo: Marta hay algo que debes saber.

-M: Dimelo, necesito saberlo. Sé que es sobre lo de Jesús.

-Yo: Verás Marta, todo era un plan de Silvia. Se encontró con él en el pasillo y cuando tu abriste la puerta ella se lanzó a besarle.

-Marta sonrió-

-M: Lo sabía. Sabía que él me quería.

-Yo la cogí las manos-

Enseguida vio mis cortes y cambió la cara. Yo aparté las manos bruscamente

-M: Patri... ¿Por qué?

-Yo: Marta aqui no, haremos noche de chicas cuando te encuentres mejor.

-M: Hoy, me encuentro muy bien. Y quiero que me cuentes todo.

-Yo: Marta, son las seis de la mañana. Esta noche te cuento Todo lo que ha pasado en unas malditas horas que no despertabas. Porque han sido muchas cosas. Ahora voy a dar paso a Jesús.

-M: Si, porfavor.

Yo solté una carcajada

-Yo: ¿Por qué nos tendrán tan enamoradas?

-M: Estos Oviedo.... -Dijo sonriendo y negando con la cabeza-

-Yo: Bueno me voy, le digo a Jesús que entre y dentro de un rato te darán el alta. Y nos vamos a desayunar.

-M: Adios mi niña.

Yo salí y me dirigí a la sala de espera

-Yo: Anda pasa... y, que sepas que me debes una. -Dije refiriendome a Jesús-

-J: Gracias cuñadita-Besó mi mejilla-

Yo me empecé a reir

-Yo: Anda tira -Dije señalando la habitación-

Cuando Jesús se fue, me moví un lugar quedando al lado de Dani, él no se inmutó

-Yo: ¿Estás enfadado mi amoor?

Dani no contestó

-Yo: Antes te he hablado mal, losé. Estaba histérica Dani. ¿Me perdonas?

Él mi miró y yo comencé a hacer pucheritos

Él sonrió y apartó la cara

-Yo: Que malo eres -Dije haciendo un puchero cual niña pequeña-.

-D: Claro que te perdono -Susurró a mi oido-

La empleada de los Oviedo MorillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora