• El final que todos queríamos antes de que Zoro la jodiera (yo también quería que terminara con Zoro, lo demás fue invento del gobierno).𝐌𝐈 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐎 | 𝐙𝐎𝐒𝐀𝐍
──¡Deja de gritarme musgo de mierda!── Sanji grito y empujó a Zoro lejos de él para crear una distancia significativa.
A Zoro no le gustó, le incomodo, una parte de el quería llevar la contraria y comenzar una pelea pero su cólera tomo el control y no dudo en decir lo que causaría una brecha con el rubio.
──¡Eres molesto!── dijo sin arrepentimiento, causando las lágrimas de Sanji, quizás, en el pensamiento del alfa... Solo fue manipulación por parte de beta, hasta que lo vio temblar y buscar un cigarro en su chaleco para ahogar sus sollozos.
──Tienes razón, solo soy...── Sanji guardo silencio por largos minutos que causo curiosidad en Zoro.
El espadachín estaba dispuesto a escuchar cualquier cosa que el rubio este dispuesto a decir pero solo fue el ruido de los zapatos moverse a dirección contraria.
Si solo lo hubiera detenido y exigido que hablara, ambos se hubieran ahorrado mucho dolor, no se hubiera aferrado a personas desconocidas. Y ahora solo tal vez Zoro no estaría manchado de sangre.
No estaría gritando y pidiendo una segunda oportunidad.
Esperar a que Sanji se quede y puedan curar sus heridas pero no sucedió eso.
Sanji tuvo que escoger a Mihawk por encima de él, dejarlo atrás y con sus últimas fuerzas llegar a Red Force.
Zoro quería detenerlo por segunda vez pero como la primera vez ni siquiera se atrevio a levantar la mano hasta horas más tarde.
La noticia de la muerte de su omega fue un golpe duro. Ni siquiera pudo proceder muy bien la noticia porque sus lágrimas caían como una cascada.
Su exilio fue su condena, con cada día que pasaba no podía pensar nada más que en él y cuando llegó la noticia del segundo embarazo de Mihawk. Con solo saber cómo era y escuchar las historias de Law entendió que Sanji había regresado... Solo que está vez no era su omega.
Su melancolía y dolor se multiplicaron, por mucho que quisiera buscar la reencarnación de Sanji, Zoro no creía ser fuerte para ver los ojos azules.
No hasta el último día de su vida.
El niño ya no era de todo un niño, ahora era un adolescente de figura delgada y rasgos un tanto infantiles porque aún era un cachorro.
Su comportamiento no era tan altanero como su omega pero si se podía ver lo orgulloso que era, su valentía en desafiar a todo aquel que lastimara a sus amigos o hermanas.
Pero su apego en su padre gestor era evidente, a pesar de que seguía mucho a Law se podía ver en sus ojos lo mucho que extrañaba a Mihawk.
Zoro odio eso pero lo acepto, no era nadie para imponer y dejo que el nuevo Sanji invadiera su hogar como si fuera su propia casa. Law no dijo si estaba bien o mal hasta la llegada de la noche.
La luna era hermosa y la sonrisa de Sanji lo era aún más. En especial cuando encontró un cuarto abandonado que estaba bien cuidado y con varios retratos pintados.
──¿Quien es él?── se había atrevido a preguntar y levantar uno de ellos.
El corazón de Zoro lloro aún más.
Cómo era posible que Sanji no se reconociera.
Cada trazo que Zoro pinto en los lienzos fueron hechos con amor y melancolía.
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𝐌𝐈 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐎 | 𝐙𝐎𝐒𝐀𝐍 | 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄
Fanfiction[FINALIZADA/CORRIGIENDO] Soy un Omega, tu eres un Alfa. Yo soy sol, tú la luna. ¿Que nos diferencia?