lover of mine ୨୧ kooktae

ෂ 09

"Wired differently, a chaotic energy"

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El fresco clima de la mañana lo terminó por despertar completamente, provocando que sus pensamientos se guiarán a una sola dirección, tal cual había sucedido durante todo el día de ayer luego de su conversación con el duque.
No podía detener las negativas que lo llenaban y la culpa, la cual comenzaba a crecer como hierva en verano.

No podía evitar pensar en la reacción de su hermano y el cómo aquel plan podría afectar su relación con Jungkook, se sentía desdichado de solo imaginar en aquella amistad rompiéndose por su necesidad de casarse y hacer feliz a su familia.

Con pequeños suspiros que se escapaban de sus labios se dirigió a la orilla del lago, no muy apartado de dónde su familia se encontraba disfrutando una mañana agradable.
Necesitaba estar solo con sus pensamientos, ponerlos en orden y dejar de sentir aquel pinchazo que sentía en el corazón de vez en cuando, sobretodo cuando unos profundos y hermosos ojos venían a su mente.

—Un centavo por cada uno de tus pensamientos. —Una voz que ya reconocía con los ojos cerrados inundó sus oídos, provocando que los bordes de sus labios se curvaran en busca de una sonrisa, pero detuvo aquel reflejo.

—Mis pensamientos valen mucho más que un solo centavo, duque. —Pudo sentir el cuerpo del pelinegro a su lado, cálido y desprendiendo un exquisito aroma, tan masculino, pero hogareño que no pudo evitar desvíar su mente a un lado equivocado.

—Estoy seguro de cual sea el precio podré costearlo. —La seguridad en su tono lo molestó, pero no lo suficiente como para desear retirarse de su lado.

—Su convicción es sin duda molesta, ¿tan seguro se siente de usted mismo y su fortuna? —Sin poder evitarlo se giró y lo enfrentó, quedando a solo unos centímetros de su rostro por la cercanía.

Pudo observar aquel atractivo rostro a más detalle. Aquellos profundos ojos que le recordaban al océano en la profundidad de la noche, su afilada mandíbula que se tensaba a momentos, sus delgados labios, pero tan brillosos que el impulso de besarlos lo asaltaba de vez en cuando. Su cabello tan negro como la misma oscuridad, con un corte desordenado, pero formal.

Odiaba admitirlo, pero sabía que el duque Jeon era guapo y atractivo ante cualquier ojo que tuviera el placer de mirarlo.

—Creo que ya sabes la respuesta a esa pregunta. —No supo en que momento ambos rostros se habían acercado lo suficiente como para sentir la respiración del otro, tan cerca que el corazón de Taehyung comenzó a latir con rapidez.

Por unos segundos los pensamientos de Jungkook tomaron la libertad de desviarse por donde no debían, imaginandose a sí mismo tomando con delicadeza entre sus manos el rostro del hermoso rubio, acercándolo lo suficiente como para acariciar aquellos pomposos y rojizos labios, tan tentadores que cualquier hombre haría lo que fuera con tal de volver a probarlos. Y por otra fracción de segundos sus pensamientos tomaron un rumbo lascivo, dibujando en su mente la imagen del doncel debajo suyo, llorando y rogándole que fuera más despacio, más suave, pero a la vez gimiendo exquisitamente su nombre con cada embestida, con cada mordida en su cuerpo.

— ¿Qué tal la conversación con mi hermano? —Agradeció el drástico cambio de conversación, con cada segundo que seguía pasando su cuerpo comenzaba a reaccionar ante las imagines que recreaba su mente.