Akaza es un alfa de 21 años, estudiante de una universidad llamada Kimetzu, el pelirrosa buscara un trabajo para poder tener más ingresos.
Llega a encontrar uno, cómo niñero, pero no de cualquier niño malcriado, si no, de un omega de Rengoku Kyojiro...
Eran las 4:30 de la mañana, pero ya estaba despierto, con algo de pereza prendí mi móvil y oh, que sorpresa un mensaje de mi queridisima novia, quien al no pasarla a ver por la noche me mando a la mierda con unas cuantas palabras, ja, ni que fuera su perro para estar cogiendo toda la maldita noche, no estoy con humor para dedicarle tiempo a sus dramas, así que me dispuse a levantarme, aun con la pereza decidí estirar un poco las articulaciones para así entrar a mi propio baño donde ya me estaba esperando la cálida agua, aunque claro cálida no era, si no, era un agua fría qué me ayudaría a iniciar un buen día.
Tome mis cosas de baño y me adentro en esa minúscula habitación, donde ahora ya estaba adentro, era muy elegante para mi gusto, pero no tengo problema alguno con ello, la verdad solo quiero bañarme y ya. Quite todo rastro de ropa que me cubriera para poder experimentar mejor la húmedad qué se aproximaba.
El agua estaba fría y sentí mi cuerpo tan fresco y limpio, como debería de estar, enjabone distintas zonas de mi cuerpo, luego lave mi cabello, es curioso pero estar en este estado me hace sentir tan bien, no hay problema alguna solo soy yo.... Una vez terminado agarre la toalla que estaba colgada para empezar a secarme, no es necesario colocarmelo en la cadera ya que no le veo la necesidad además, tampoco es que tenga todo el tiempo del mundo, debo atender a los niños Rengoku... niños.
Mi mente dio un pequeño giro desde su lugar, ¿por qué?, acaso niño no es la palabra adecuada para los hijos del señor Rengoku, claro, el último, Senjuro es un niño muy bien educado, no detecto nada malo en llamarlo "Niño" además de sus facciones, que aparenta la edad de una persona de 11 años, justo la suya. Con el hermano mayor.... pues, tiene una estatura adecuada, sus facciones se veían tan suaves y delicadas, acompañado de esos cabellos dorados quien caían por sus hombros, esa piel qué a la vista se le ve delicada se le veía tan suave, me preguntó como es que sus labios tenían ese color tan natural de durazno, como podían botar palabras así, aquellas palabras tan educadas pero su expresión, esa maldita expresión.... ¡¿Como puedo estar pensando en un niño?!
Me di un golpe en la cabeza para borrar tales escenas de mi cabeza, ahora con la cabeza más "fresca" puedo bajar a desarrollar las tareas de la lista que me ha encargado el señor Rengoku. Baje las escaleras y para poder ir a la cocina en el transcurso saque mi celular para observar la hora, 5:00 AM, una hora creo, que exacto, en eso vi más mensajes de parte de mi "novia" qué odiosa, guarde de nuevo mi teléfono, ahora dentro de la cocina pude observar todo en su debido lugar, trone mis dedos y manos a la obra.
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El reloj sonó, indicándome qué es momento de levantarme de mi amigable cama, destape mi rostro quien sudaba a más no poder, al parecer los supresores si ayudaron pero aún así la sensación de fiebre aun no se ha ido, con algo de torpeza intente apagar el reloj pero era en vano, no iba a alcanzarlo, por ello con dificultad me senté en mi cama donde con calma pestañeaba lentamente, el ambiente era tan frío y suave, una sensación que me agrada, más no estoy del todo acostumbrado, solté un suspiro, hoy tengo clases, así que debo alistarme para ir, llevaré más pastillas para evitarme conflictos más adelante, me coloque al borde de mi cálida cama y ahora me dispuse a ir al baño a asearme.
