Capítulo 55

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-Por eso volviste esa misma noche... -comentó con tristeza Kate-, pero y... -Kate hizo un gesto con la cabeza a la habitación de al lado

-Al volver no quería ir a casa, no quería decirle a tu madre que me había aferrado a una farsa durante tantos años, estaba cabreada, dolida y tenía el corazón roto. No quería que ni tú ni Mark me vierais así, de modo, que me fui a un bar, y bebí, mucho... entonces un chico se acercó y comenzó a hablarme, era un chico guapo, pelirrojo y yo solo podía mirar su pelo y recordar a otra pelirroja, de modo que cuando me besó, lo besé, quería demostrarme que no me importaba Ch... que ella ya no me importaba, que no me afectaba..., me lo llevé a un baño y lo hice con él. Estaba tan borracha que no sé cómo mantuve el equilibrio, entré de madrugada, tu madre me metió en la ducha para que me despejara, me sirvió café y me escuchó durante toda la noche. Y un mes después... supe que estaba embarazada.

-¿Por qué tenerlo? Era evidente que no fue buscado

-Las cosas desde entonces pasaron demasiado rápido, tu madre empeoró, la quimio era más agresiva, ella no podía hacer nada en casa, entre el trabajo, cuidar de vosotros y de tu madre los días se iban pasando y el embarazo quedó a un segundo plano, iba posponiendo la cita médica..., llegó a un punto en que para abortar necesitaba una intervención y..., nunca era un buen momento... Y cuando la fecha límite se acercaba... fui, me hice la ecografía rutinaria antes de poder abortar y la vi... era pequeña, solo una mancha... Y no pude hacerlo. Esa pequeña mancha después seria un bebé, recordé cuando conocí a tu hermano, tan pequeño, ni siquiera andaba, solo gateaba siguiéndome a todas partes. Recordé sus primeros pasos, la primera vez que me llamó mamá, recordé la primera vez que te hice trenzas, la primera vez que te abrazaste a mi llorando, las charlas sobre chicos, o la primera vez que me dijiste que mamá -Toni sonrió mirando a Kate-, lo sé estabas enferma y no cuenta, pero he pasado siete años a vuestro lado, sintiéndome orgullosa de esos hijos que el destino puso en mi camino, pensé que si el destino quería que fuera madre... quizás debía serlo

-Y justo después de tenerla, mamá murió y te dejó a cargo de sus dos hijos -dijo con ironía Kate-. Madre por sorpresa

-Vuestra madre sabía que os cuidaría como si fuerais mis hijos, además, no habría soportado que os separaran de mi. Estos años no han sido fáciles, pero mi pequeña tenía dos grandes hermanos mayores que la cuidaban y me ayudaban, siempre hemos estados unidos, como una familia, podremos con todo

-¿Incluso con la vuelta a la casa de al lado de la mujer que amas? -Kate miró como Toni miraba por la ventana de la otra mansión-. Ni siquiera eres capaz de decir su nombre desde que llegamos aquí

-Riverdale me trae muchos recuerdos, aquí pasé los mejores y los peores años de mi vida, viví durante años cosas inolvidables, y aunque Ch... ella y yo acabamos como lo hicimos, no cambiaría nada.

***

Cheryl se despertó sobresaltada, estaba segura que había escuchado un sonido, se levantó y fue a la habitación de los mellizos, Juniper no estaba en su cama, suspiró aliviada, serían sus pasos los que habría escuchado, iba a volver a la cama cuando escuchó a su sobrina hablar en el piso de abajo. Supuso que Nana Rose volvía a tener insomnio y la niña hablaba con ella, pero la respuesta que le llegó es de otra persona, un niño.

Cheryl bajó y vio a Juniper mirando con curiosidad a un niño al que Cheryl no había visto en su vida, le llamó la atención la chaqueta que llevaba, una chaqueta que reconocía perfectamente, la de los Serpientes del Sur.

-¿Qué haces aquí? -preguntó Cheryl cruzándose de brazos mirando al niño

-Estaba mirando el cuadro de tía Toni -dijo Juniper señalando un cuadro que Cheryl había pintado, uno de los muchos, aunque el único visible.

La maldición de ThornhillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora