Capítulo 2: Gustos

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Haibara

—La verdad es que me distrae mucho, te ves hermosa y no quiero que nadie te vea así, ¿sabes lo linda que te ves? ¿y cuánto resalta tu piel con el negro y blanco? ¡Además te ves encantadora con los cuellos de tortuga y me es inevitable verte! ¡Haces que mi cerebro dejé de funcionar!

Mientras él soltaba eso, le di un vistazo a Ran-san que hablaba con los encargados de las boletas señalandonos a nosotros, su mirada era curiosa y ansiosa.

Al ver a mi torpe novio, respiraba con dificultad al haber soltado todo eso de una con total sinceridad, así que simplemente aparté su mano de mi muñeca para tomarla. —Lo sé. —le respondí con calma arrastrándolo para que revisaran nuestras cosas.

—Espera, ¡¿qué ?! —soltó exaltado Conan, algo que sorprendió a todos los que estaban cerca.

Resople exasperada guiandolo a una esquina mientras aprovechaba que a Suzuki-san y Ran-san las retenían. —¿Cómo puedes pensar que no lo sé? —al ver su mirada llena de interrogantes, solo pude sonreír. —¿Por qué crees que usó tan seguido los cuellos de tortugas? —le pregunté jalando sutilmente el cuello de la camisa. —Cuando uso este tipo de ropa sueles mirarme más de lo habitual, solo que no esperaba que te emocionarás tanto porque se vieran mis hombros. Dime, ¿solo son los hombros? ¿o es con la chaqueta? —le pregunté maravillada.

Él balbuceó un par de veces, sus mejillas se coloreaban de un rojo escarlata.

—Vamos, dime. —insistí acercándome a su rostro. —¿Es solo mis hombros o es con la chaqueta?

Su rostro fue adquiriendo ese para nada sutil color en todo su rostro. —Y-Yo, bueno sí. —respondió entre balbuceos. —El hecho de que tengas la chaqueta acentúa tus hombros, es demasiado deslumbrante así que no te la quites por favor. —me dijo tapándose el rostro con ambas manos.

Oww, cree que puede huir de mi. —pensé divertida. —Está bien, solo lo haré para ti cuando nadie más que tú me pueda ver.

Conan huyó con el rostro rojo, después de todo debíamos oír lo que dirían los encargados.

Narrador

—Muchas gracias por participar hoy en estos simulacros públicos de la fuerza marítima de autodefensa, mi nombre es Inoue y seré su guía a dorado hoy, ¡es un placer tenerlos aquí! —los saludó el capitán a todos. —Es un placer tenerlos aquí. —dijo inclinándose adelante, recibiendo aplausos. —Comenzaré explicando los detalles para el simulacro público de hoy. Primero, por favor, miren el mapa en la pantalla del frente, las partes marcadas en rojo son las áreas que pueden recorrer libremente; pero por favor, eviten los otros corredores o habitaciones que no están marcados, encontrarán más detalles en el folleto frente a ustedes. A continuación, les hablaré sobre el cronograma para hoy.

—Sonoko. —llamó Ran viendo el folleto que tenían enfrente.

Mouri estaba dormido en la última fila, a su lado estaba Ran y al otro Sonoko; frente a ellos, estaba Conan, a su lado Ai, luego Ayumi, Mitsuhiko y al final Genta.

—¿Eh?

—¿Qué hora es?

—Veamos...

—Ran-san, ¿y su reloj? —preguntó extrañada Ai, a su lado el detective la miró pero simplemente no dijo nada estaba demasiado avergonzado para abrir la boca.

—Ah, se me rompió ayer, así que lo mandé a reparar. —comentó con una suave sonrisa, pero frunciendo el ceño al recordar cómo se daño. —He estado usando mi teléfono móvil como reloj mientras tanto, pero...

—Claro, fue confiscado. —exclamó con entendimiento Sonoko.

—Hmm, Ran-san, ¿no será que...? Mouri-san, ¿lo rompió? —preguntó Ai frunciendo el ceño.

Ran avergonzada asintió.

—Si quieres puedes usar mi reloj. —le dijo Mitsuhiko pasándole su reloj.

—¿Eh? ¿Pero qué hay de ti, Mitsuhiko-kun? —preguntó Ran preocupada.

—Mi cámara digital tiene reloj, así que estaré bien.

—Ya lo escuchaste, ¿por qué no lo tomas? —le dijo con calma Sonoko.

—Entonces gracias, Mitsuhiko.

—Bien, es completamente a prueba de agua así que no tendrás que preocuparte por la brisa marina y es un reloj radiocontrolado, así que es muy preciso. —le dijo Mitsuhiko con una sonrisa.

—¿Qué es ese radiocontrol? —preguntó Genta curioso.

Tsubaraya soltó un largo suspiró antes de explicarle. —Es un reloj que recibe unas señales de radio que indican la hora correcta, varias veces al día. A las cinco de la mañana y de la tarde.

—El profesor está trabajando en hacer eso con todos los relojes de los Shonan Tantei. —explicó con calma Haibara escuchando lo que decía el capitán. —Ya pudo hacerlo una vez.

—¿De dónde recibe esas señales? —preguntó curiosa Ayumi.

—Eh, bueno...

—Si es por esta área, supongo que será de la estación de radio de Fukushima. —habló con calma Haibara. —El profesor lo comentó cuando lo vinculó a los aretes, incluso se cargan con la luz solar.

—El profesor anda usando bastante las cargas de luz solar. —comentó distraído Conan.

—Bastante si. —murmuró extrañada Ai mirando a su novio, soltó un resoplido divertido al verlo mirar sus medias.

Divertida dio una mirada atrás viendo a las adolescentes hablar entretenidas con el reloj, su mirada volvió a su pareja tomando su mano lo que lo exaltó pero no se alejó; en un rápido movimiento pasó la mano del niño a su pierna lo que lo impactó.

—¿A-Ai? —preguntó nervioso.

—Hoy estás bastante interesado en mi vestimenta. —dijo animada.

—¿Qué quieres que haga? Te ves preciosa. —gruñó frustrado para sí mismo. —Además esas medias, estas malditas medias hacen estragos en mí. —murmuró lamiendo sus labios al tiempo que aprieta sin terminar de hacerle daño su muslo. —Mierda, me estás matando. —exclamó para sí mismo tapando su rostro con ambas manos.

De pronto un fuerte sonido hizo exaltar a todos.

—¿Qué es ese sonido inquietante?

—¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?! —saltó de pronto Kogoro con saliva en la boca, se veía aturdido, era bastante obvio que acababa de despertar.

—Por favor, mantenga la calma. Todo está bien. —dijo el capitán con una agradable sonrisa.

—¿Eh?

—El sonido que acaban de escuchar es el sistema de bombeo y drenaje dejando entrar grandes cantidades de agua.

—Oye, papá. —lo llamó Ran apenada, con las mejillas rosadas.

—Puede calmarse y tomar asiento. —sonrió divertido antes de señalar su boca. —Parece que la válvula de bombeo y drenaje de su boca está floja, así que tenga cuidado. —causando risas en todos y vergüenza en sus conocidos.

¿Realmente suena así el sistema de bombeo y drenaje? —se preguntó así mismo Conan, tratando de ignorar todo lo que le provocaba verla.

Por otro lado, Haibara sonreía con suficiencia. —Así que las medias también, lo tendré en cuenta.

Detective del Mar LejanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora