Los Niños Plomeros y Naruto.

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Naruto estaba en su habitación, más precisamente en su habitación que le habían dado los plomeros y en su baño, mientras tenía el agua de llave abierta, se estaba viendo las manos manchadas de sangre. Desde el camino de regreso hasta la base, no dijo ni una sola palabra a Ben o Rook, que entendían si el rubio no quería hablar. Había perdido el control y por poco mataba a Fistrick a golpes.

La razón, le recordó lo que tuvo que pasar su prima, cuando fue capturada y solo había sido un objeto que los demás ninjas podían usar. Sin más, empezó a limpiarse las manos llenas de sangre y el agua se llevaba la sangre.

—¿Sabes?, un mal paso nunca es tan malo, como crees.

Naruto no se detuvo a procesar la voz, arrojó un kunai a la cabeza del que había entrado a su habitación sin su consentimiento.

Azmuth, vio hacia arriba al kunai clavado en la pared y hasta la empuñadura, que estaba justo sobre su cabeza o más bien donde debería estar su cabeza si tuviera una estatura parecida a Naruto.

—Directo a la cabeza, tu puntería ha mejorado.

Naruto parpadeo confundido viendo a Azmuth el ser más inteligente en cinco galaxias.

—Lo siento, Azmuth. No fue mi intención.

Se acerco a dónde estaba Azmuth y retiro el kunai, mientras se hacia un ollo en su habitación.

—¿Cómo sabes lo que pasó? -pregunto Naruto ya sabiendo porque el Galvan estaba aquí.

—Ben me llamo, no le prestaría atención pero tenía que ver contigo.

Naruto se sentó en su cama mientras Azmuth saltaba y escalaba por la cama, para sentarse al lado del rubio.

—Se porque perdiste el control -Naruto lo vio extrañado.
—Te había estudiado y observado por mucho tiempo junto a Paradox, no te culpo. No entiendo del todo a los sentimientos de otras especies, pero si entiendo la impotencia de no poder ayudar como quisieras.

Se refería a ciertos acontecimientos sobre cierto Mecamorfo y una espada que había creado, pero era joven.

—Eres joven, Naruto. Nadie te culpa y ese acto, no cambiará mi opinión en haberte dado el arma más poderosa del universo.

Azmuth se bajó de la cama mientras, Naruto le daba una mirada sorprendida.

—Pero, ¿Y si vuelvo a perder el control? -pregunto Naruto.

—Tengo absoluta fé, en qué tus nuevos Compañeros estarán ahí para detenerte. -contesto con una sonrisa.
—Ademas, aún no has aprendido todos los secretos del Definanotrix, sería interesante ver hasta donde llegas.

Sin más Azmuth desapareció en un destello, él rubio imagino que así es como tuvo que haber llegado aquí sin que lo hubiera escuchado.

Naruto luego vio el reloj en su muñeca, estaba en su modo inactivo pero así como la idea de "activar" paso por su cabeza, el Definanotrix brillo en verde y se puso en modo activo, adoptando su forma más grande.

Lo observó por un momento, recordando aquellas veces en las que el reloj se adaptaba a la situación y lo protegía o también lo que más necesitaba.

Imagino una arma en su cabeza, lo más específica y detallado que pudo pensar, el Definanotrix brillo aún más y como la nanotecnología que era, empezó a cambiar, fue hasta su mano que generó un guante que cubrió toda su mano, debajo de su puño se formo un mango para un mejor agarre, y sobre su pulgar y el índice. Se empezó a formar una hoja de cincuenta centímetros con un filo peligroso y una contra filo en la punta, la punta terminaba en punta diamante.

Naruto Y Ben 10 Heroes Unidos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora