❥𝐄𝐥 𝐅𝐚𝐥𝐬𝐨 𝐑𝐞𝐲

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–Anúncialo, hazlo oficial como nuestro soldado más fiel

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–Anúncialo, hazlo oficial como nuestro soldado más fiel.

Rodan no respondió después de eso. Quiso moverse pero estaba paralizado, su propio cuerpo ahora no estaba bajo su control y eso lo aterraba, lo hizo dudar de todo aquello que le confió a la criatura de tres cabezas. Le prometieron venganza y cuando la obtuvo no lo hizo sentir mejor, no encontró respuesta sobre sus sentimientos, casi como si la victoria que obtuvo el falso rey no le perteneciera. Las dudas comenzaron cuando vio la aterradora escena que marcó un antes y después en el mundo. Aquello se sintió como un despertar, como si antes de esto su cuerpo no le perteneciera e incluso ahora dudaba de que lo fuera. Intento mirar a otro lado, pero lo único que encontró a su alrededor fue la mirada de los otros titanes sobre su antiguo gobernante, su cabeza había sido separada del resto y eso le trajo recuerdos de la reina caída. ¿Por qué esto pasaba ahora? ¿Por qué los acepto? Realmente él no quería esto, lo habían confundido, engañado, ¿pero como se engaña a alguien de tal forma?Ahora todo empezó a parecer un mal sueño, pero si lo era, ¿por qué no se movía? ¿Por qué nadie lo ayudó? ¿Por qué el mismo no hizo nada? ¿Es que acaso él ya no era él?

–No lo repetiré de nuevo, HAZLO.

«Esto no puede estar pasando» pensó cuando su garganta comenzó a picar y cerrarse, le impidió hablar. Ardía, todo su interior ardía con tanta fuerza que sintió que lo quemaban por dentro, una sensación imposible, ajena a su naturaleza.

A pesar de lo que quisiera creer, la vista de aquel suelo con las manchas de sangre grabado en el le decía lo contrario. No debió haberlo permitido, nunca debió arrodillarse al otro, seguirá preguntándose qué fue lo que le pasó, no se sintió real. Y ahora eso ya no importaba, pues ahí estaba su rey tendido en el suelo sin vida. Sus placas dorsales estaban destrozadas y sus ojos no reflejaron nada. Deseó que no haya existido sufrimiento de por medio, pero cuando Ghidorah lo decapito se escuchó un gran rugido de dolor que alertó a Rodan sobre el último acto de este horroroso espectáculo que fue obligado a presenciar.

Aún si no lo quieres aceptar eso no cambiará nada, él murió y nosotros reinamos ahora.

Ya lo sabía. No necesitaban repetirlo, pero aún si su cerebro lo sabía su corazón se negaba a aceptarlo como un gobernante, era incapaz de verlos como alguien digno de ese puesto, su conquista había sido injusta ya que no era un ser terrenal, pero eso no cambiaba nada y Ghidorah se lo recalcaba con cada palabra que pronunciaba.
Dio un paso al frente para acercarse a Godzilla, sus pasos pesaban tanto que creyó que se desplomaría, pensó que podría ser por el veneno de la reina que aún muerta seguía marcándolo. La cabeza izquierda le mordió el cuello, casi queriendo desgarrarlo y el choque contra el suelo fue inminente. El dolor físico lo estaba matando, tal vez si moría podría liberarse de todo esto, sería su única salida ahora, pero no era valiente como para elegir morir. Ni siquiera con todo lo que pasó era capaz de hacer algo por sí mismo o alguien más.

–Dilo–. Ordenó Ichi cuando no encontró reacción alguna de su soldado, se preguntó si seguía estando ahí en su mente, en su cuerpo.

Sus pulmones no se llenaban de aire, la presión impedía el paso y lo hacían delirar, el dolor incrementó cuando se retorció bajo la mordedura que había atravesado su armadura de obsidiana, no era la primera vez que la criatura lo torturaba de esta manera, pero si fue la más dolorosa al ser incapaz de responderle. Si pudiera llorar con ese aspecto lo habría hecho, pero su especie solo podía desmoronarse, jamás llorar, en su lugar solo podía mirar el cuerpo frente a él ya que la cabeza izquierda impedía cualquier intento de apartar la vista. Cuando de reojo reconoció la silueta de alguien conocido detrás de la sangrienta vista que fue obligado a observar de cerca sintió un hilo de esperanza que lo conectaba a ese titán, aquel cuerpo serpentino era inconfundible y esos ojos que lo miraban con lástima fueron de él a Ghidorah y de Ghidorah a él. El pteranodon no comprendía como incluso ahora Quetzalcóatl era capaz de sentir pena por él después de lo que pasó. Rodan no era el mejor kaiju, el expulsar a Quetzalcóatl de México lo probaba, pero si él no era el mejor entonces la serpiente si lo era. Lo demostraba incluso sin quererlo, con esa simple diferencia entre los dos marcaba la línea. Quería a Quetzalcóatl, pero no tanto como el otro lo amaba a él.

❥ ❝ 𝑮𝒐𝒅 𝑺𝒂𝒗𝒆 𝑻𝒉𝒆 𝑭𝒂𝒍𝒔𝒆 𝑸𝒖𝒆𝒆𝒏 ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora