CAPÍTULO 4

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Arta se despierta y ve como Natalia duerme a su lado. Él se levanta intentando no despertarla y lo consigue. Quiere darle una sorpresa. El chico se aproxima a la cocina y le prepara el desayuno.

 — ¡Tortitas! ¡Me encantan! ¿Cómo me conoces tan bien? — Dice Natalia al ver con qué la despertaba su amado. Acto seguido, lo besa. Se siente tan bien al estar con él, desea que dure para toda la vida. Cosa que no entra en los planes de T/N.

Mientras Natalia acababa de despertarse y desayunaba con su enamorado, T/N se había pasado la noche sin dormir pensando qué podría estar siendo de Arta y de Natalia en esos momentos. Se ha desvelado viendo sus vídeos, doliéndole todos y cada uno de los besos que se dan.

 — ¿Por qué no puedo ser esa? ¿Por qué no me está besando a mí? ¿Por qué no puedo ser yo la que esté con él? — Piensa T/N en voz alta. Eran las dos de la madrugada, recuerda que a esa hora Arta está editando. Decide enviarle un mensaje por WhatsApp:

  Ey, siento mucho lo de antes, no sé qué me ha pasado. Ya estoy mejor, ¿te apetece jugar un rato?

Y Arta le contesta casi al instante:

  Claro que sí, Chiquita. En seguida estoy contigo, dame dos minutos.

Y T/N lo cronometra. pasan los dos minutos. Y luego se convierten en tres, cuatro, cinco... Esos dos minutos se convierten en horas esperando por un mensaje que no llega hasta el día siguiente. Resulta que Natalia le pidió a Arta tener un bebé. Y lo consiguieron. T/N se encontró con esa noticia cuando se despertó al día siguiente con el mensaje que se habia quedado hasta las cuatro de la mañana esperando:

 T/N, ¡Natalia y yo vamos a ser padres! ¿No es increíble?

 Vaya. No esperaba eso. Esperaba que se hubiera quedado dormido, que se hubiera olvidado por centrarse en editar... Pero no eso. Eso lo consideraba improbable. ¿Cómo va a tener un hijo con otra persona que no sea ella? Está claro que están destinados, de lo contrario no se habrían encontrado en aquel juego de Roblox. De todas formas, decidió contestarle amablemente, fingiendo que se alegraba por él y su amada.

  ¡Vaya! Increíble. Me alegro mucho por tí, gracias por contármelo. También por esos dos minutos que ibas a tardar. Hasta luego, Arta.

 Al cabo de unas horas, Arta contesta. A la hora a la que le llegó el mensaje, él estaba grabando como enterraban a su hija viva y ni siquiera tenía el móvil encima. Al leerlo, contesta al instante al ver que T/N estaba enfadada con él por todo lo que había tardado en enviarle un solo mensaje.

  ¡Lo siento, Pichoncita! Le estaba diciendo que no, pero Natalia estaba siendo demasiado insistente. Prometo que quería llamarte, pero por razones obvias no pude. Otra vez, lo siento, Chiquita. 

 T/N lo ve. Estuvo toda la tarde pegada al portátil y a su smartphone para poder ver su mensaje. Lo abrió tan pronto como le llegó. Pero ella no contesta. No cree que esas disculpas sean sinceras y tampoco cree esa promesa. Ya ha dejado unas cuantas sin cumplir anteriormente.


Hace algunos meses, estaban jugando Roblox en llamada cuando Arta le dijo:

— ¡T/N! Te prometo que voy a ir a verte pronto. Te voy a llevar sushi, tu comida favorita. Y también conseguiré el permiso de tu padre para traerte a mi casa, para que conozcas a Max, mi habitación, mi cama, a mí... Te dejaré hacerme lo que quieras. Lo prometo, lo prometo y lo prometo. Te quiero, T/N. — Pero nunca lo cumplió. Ni le llevó sushi, ni le llevó a su casa, ni conoció a Max, ni a él, ni nada de lo mencionado. Ni siquiera fue a Galicia.

Tolleito. No cumple sus promesas. Ni siquiera estaba borracho cuando lo dijo. Y en su voz se notaba que no bromeaba.

ARTA Y T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora