Maia y su padre, siempre han sido ellos dos contra el mundo.
Solo hasta que su padre decidió seguir su vida y casarse con una italiana preciosa que conoce en uno de sus tantos viajes.
Su padre le promete una vida mejor junto con el cariño materno qu...
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Corre por tu vida, que te comen los monstruos de la noche.
Mi conciencia lo único que hace es meterme más miedo trayendo pensamientos de cosas raras que pueden aparecer y atacar de repente.
Agarro las llaves que siempre dejo escondidas entre las flores de mi madre porque suelo perderlas todo el rato.
Abro la puerta y subo rápidamente a mi cuarto después de dar un portazo. Y antes de entrar para hacer lo que quería hacer desde esta mañana escucho el grito de mi madre.
— ¡NICOLAS LIOPOLDO RUGGIERO PESTRA!
Estás muerto.
Estoy muerto.
Se escuchan sus pasos fuertes subiendo por la escalera y detrás unos pasos más ligeros.
— ¿¡Dónde se supone que estabas!?
— ¿De quién es esa ropa, Nicolín?
— Buenas noches a vosotras también, y es del padre de Maia.
Mi madre me mira confundida esperando una explicación detallada.
— ¿La joven griega? ¡Has estado con ella toda la noche!
Ojalá.
Silencio.
— ¿Eh? ¡No! No de esa forma al menos.
— Al sofá. Ahora.
Mi madre baja al salón y mi abuela se queda conmigo preguntándome mil cosas a la vez. — Marilú deja de preguntar, nos va a contar todo ahora.
Me siento en frente de las dos y empiezan el cuestionario.
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— ¿Y por qué saltaste con ropa al agua? Quiero decir, habrías tardado un segundo en quitarte la camiseta.
— Me habían retado. — Evito contarles lo que le pasó a Maia, porque no sabía si a ella le importaría o no.